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    Vicente Luna Hernández
    Estoy convencido que la 4 Transformación de México no es tarea solo de un partido político o de un solo hombre por muy honesto que sea, es requisito indispensable que al frente del Poder Ejecutivo esté un Presidente convencido que las condiciones de corrupción y desigualdad social no deben ser un distintivo vergonzoso de su gobierno, consciente de que es irrespirable el mal humor social que recorre el país ante el saqueo que han sufrido las finanzas públicas y el cinismo de una clase gobernante que lo que menos pudo presumir…fue clase, pero para lograr la transformación y tocar el cielo se necesita un escalera larga y otra cosita como dice la canción La Bamba en la versión del grupo Gipsy King.
    Considero que en todos los partidos políticos hay mujeres y hombres convencidos de transformar las condiciones sociales del país, esto es, atender las principales demandas de la población sin simulaciones ni dobles discursos y que la corrupción y la impunidad deben realmente ser señaladas y castigadas porque así lo exigen las actuales condiciones sociales de inconformidad y de rechazo a todo exceso en el ejercicio del poder, seguro que en todos los partidos hay voces que coinciden con el discurso del Presidente Andrés Manuel López Obrador pero tendrán otras maneras y otras propuestas para contribuir a satisfacer los justos reclamos de las y los mexicanos.
    Si bien el combate a la corrupción debe barrerse de arriba a abajo como las escaleras, también es cierto que todas y todos podemos empujar desde nuestro ámbito de acción el famoso elefante reumático en que encontró la administración pública federal el Presidente de la República, una sociedad más participativa, propositiva y exigente debe ser aliada y corresponsable en la conducción del país, no solo es responsabilidad de Morena, que ante sus conflictos internos el propio Presidente ha señalado: «mucho pueblo para tan poco dirigente», todos los partidos políticos deben de estar a la altura del compromiso histórico que ha asumido el Titulas del Poder Ejecutivo Federal.
    Sin embargo, las y los mexicanos somos testigos del triste espectáculo que está dando el partido en el poder ante la renovación de su dirigente nacional, ¿Están preparados para acompañar en la conducción de la 4 T quienes no pueden conducir un proceso interno para elegir a su Presidente? ¿Cómo buscarán convencer quienes no se convencen de respetar los estatutos que le dieron vida a su partido? ¿Apostar todo al capital político de AMLO es su mejor carta de presentación?

    Veracruz tendrá un proceso electoral también para renovar sus autoridades municipales y congreso local, es en la división territorial administrativa más cercana a las y los ciudadanos donde se debe iniciar o fortalecer una transformación en beneficio de sus habitantes gane quien gane la elección, es tarea de las y los ciudadanos correspondientes elegir la mejor opción pero al mismo tiempo exigir los mejores resultados a quienes ejercerán los gobiernos municipales y también a las y los que formarán parte del Poder Legislativo Local, ¿Acaso la transformación deja de ser parte del discurso oficial si gana un partido distinto a Morena?
    P.D.- Con el ánimo que las dirigencias de los partidos políticos sepan detectar a quienes cuando ejercieron el poder fueron vulgares ambiciosos aunque presuman nueva camiseta… escribiré otro día.

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