lnocencio Yáñez Vicencio
Que la CIA y la DEA actúen en nuestro territorio no es ninguna novedad, pero siempre se nos había dicho que lo hacían en apoyo de nuestras autoridades. Dado su siniestra actuación en el Cono Sur del Continente Americano, los mexicanos nunca hemos visto con buenos ojos su presencia aquí. Y no es para menos. Está documentado como la CIA de dedicó durante muchos años a promover el reemplazo de gobiernos que no eran de su agrado por dictaduras militares. Fracasó en Bahía de Cochinos pero tuvo éxito en Argentina, Bolivia, Brasil, Perú, Uruguay…En Centroamérica empezó con Guatemala y a Noriega de Panamá, no lo acusó de defender su Canal sino de estar ligado al narcotráfico. La Agencia de Antinarcóticos hoy basta que filtre supuestos vínculos con el narcotráfico de un político que caiga de su gracia, para acabarlo y deshacerse de él.
Pocos sabíamos de la DEA hasta antes del desafortunado caso de Camarena, pero a partir de ahí las autoridades mexicanas siempre nos dijeron que colaboraban con las oficinas federales encargadas de combatir el crimen organizado, lo que ya era preocupante, pero eso estaba en los límites de nuestra soberanía, porque obligaba a la DEA a informar de sus investigaciones a las autoridades mexicanas y correspondía a nosotros presentar a nuestros jueces los cargos y juzgarlos, pero hoy es evidente que las cosas son al revés, con lo cual tácticamente pasamos a ser una Colonia de Estados Unidos.
Con el triunfo de Amlo y su arribo a la presidencia, no esperábamos que reclamara la parte de territorio que con intrigas y cañones nos arrebataron en 1846/7, pero tampoco que nos ofreciéramos como tercera frontera para detener el flujo de centroamericanos a los Estados Unidos y menos que vengan los gringos a investigar supuestos delitos y sean ellos los que los juzguen y menos que nuestras autoridades se enteren hasta la detención del imputado, porque entonces no queda nada de soberanía. Así es señores. Soberanía no es sólo tener la facultad de hacer leyes sino también tener el poder de aplicar esas leyes, cuando sean violentadas dentro del territorio nacional.
Desde los lamentables sucesos de Nayatit, en que el General Salvador Cienfuegos Zepeda, como secretario de SEDENA tuvo que salir a refutar las calumnias de AMLO, que afirmaba que se había disparado desde helicópteros contra niños y mujeres, se abrió una riña entre el ahora exsecretario de la secretaria de la defensa y el actual presidente que escaló con las imputaciones que se han hecho al Ejército en el caso de los 43 desaparecidos en Iguala, Gro., porque hay quienes señalan que el exalcalde de Iguala, Abarca, obedecía a Amlo, por lo menos nadie le ha refutado eso a Jesús Zambrano.
Lo que lleva a pensar que la detención del Gral. Salvador Cienfuegos es caso trabajado conjuntamente por las autoridades mexicanas y norteamericanos para ajustar cuentas y de paso dar satisfacción a los grupos que durante mucho tiempo le pidieron abriera los cuarteles a los que han sacado raja de esta tragedia.
Así como nadie cree que los medicamentos oncológicos se hayan perdido, así nadie puede creer que Amlo no sabía nada de lo que tramaba la DEA en contra del exsecretario Cienfuegos, hasta su detención, si con el mismo Peña,en casos menores inmediatamente venían plenipotenciarios a reunirse con sus émulos, con más razón hay intercambio de notas para estos casos.
Quisiéramos pensar que es sólo un favor que el gobierno mexicano le pidió a su homólogo norteamericano, para hacerle al Poncio Pilatos, temiendo una reacción castrense, lo cual ya sería grave, pero más grave aún resulta saber que AMLO está lastimando muchos sectores con el sólo afán de cobrar facturas.
En cualquier caso, lo que no puede negarse es que hoy los mexicanos estamos expuestos a ser humillados y pisoteados por una potencia que nos investiga su policía y nos condenan sus jueces, con lo cual, nadie en su sano juicio puede seguir diciendo que somos un país soberano, porque con López Obrados hemos pasado a ser una Colonia de EE.UU.
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