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    Lorena Piñón Rivera

    Consummatum Est

    Hay un alto porcentaje de probabilidades de que, si usted acude a un centro hospitalario para atenderse durante esta crisis sanitaria, la primera atención que reciba al llegar a la unidad de salud sea proporcionada por una mujer como parte de la primera línea de cuidado. Pero esa situación no se agota ahí, cuando usted se recupere, seguramente habrá otra trabajadora de la salud que lo ayudará en sus trámites para el alta médica para que vuelva a su casa. Además, la mayoría de los mexicanos convalecientes que se recuperan en sus domicilios, seguramente cuentan con el auxilio de alguna familiar que los asista mientras usted recobra sus fuerzas de la enfermedad que enfrentó.
    La Organización de las Naciones Unidas ha advertido del liderazgo que han asumido las mujeres durante esta etapa de la pandemia, tanto como líderes globales, como profesionales de la salud y en las familias. La Comisión Económica para América Latina estima que actualmente un 73 por ciento del personal de enfermería en la región son mujeres, y también confirma que en estos países son las principales responsables del cuidado en los hogares. El Banco Interamericano de Desarrollo registra que el 57 por ciento de los médicos en instituciones públicas de salud son mujeres.
    Pese a las estadísticas antes referidas, las mujeres tienen una mínima participación en los colegiados de toma de decisiones para el manejo de la crisis. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo indica que en nuestro subcontinente los cargos directivos en hospitales oscilan entre el 8 y 25 por ciento y además en promedio tienen una brecha salarial de 25 por ciento con respecto a los hombres.
    Un dato ilustrativo más: en los países del continente, solamente un 22.9 por ciento de los Ministerios Públicos de Salud son responsabilidad de mujeres. La ausencia de éstas en el diseño estratégico para combatir la pandemia es negativa. pues las mujeres tienen necesidades específicas y con matices muy claros de diferenciación por género.
    Además, se suma a la tensión profesional los retos familiares, pues varias han decidido aislarse de sus seres queridos para evitar el riesgo de contagio o cuando deciden volver a sus hogares es evidente su ansiedad porque saben que están expuestas a una alta carga viral que puede resultar mortal para sus hijos, pareja o padres.
    La perspectiva de la ONU es que la eficaz gestión de las mujeres durante esta pandemia consolidará los cambios necesarios para que haya más mujeres en los espacios de toma de decisiones. Esto inevitablemente producirá -o forzará- un cambio político en donde las mujeres asuman institucionalmente cargos directivos, no tan solo en la administración de los asuntos de salud, sino también en el poder político, organizaciones empresariales, asociaciones civiles y centros de investigación.
    Alemania, Dinamarca, Finlandia, Noruega, Islandia, Taiwan y Nueva Zelanda son lideradas por mujeres y la evidencia empírica indica que su gestión de la pandemia son modelos para todo el orbe ¿Tienen las mujeres mayores aptitudes para resolver la crisis de la COVID-19? El periódico The Guardian propuso hace unos días la siguiente afirmación: «Muchos países con hombres al frente también lo están haciendo bien, pero pocos países con mujeres líderes lo han hecho mal. Curioso, ¿verdad?»
    Consummatum: Alejandro Moreno ha expresado su pesar por los más de 100 mil muertos registrados por la pandemia. El dirigente nacional del PRI ha señalado que el gobierno de Morena debe ser realista y aceptar que la estrategia sanitaria que ha implementado no dio resultado, por lo que es necesario rectificar y llevar a cabo medidas que en otros países han demostrado ser eficaces. Tw: @lorenapignon
    Secretaria Nacional de Gestión Social del PRI

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