Lorena Piñón Rivera
Consummatum est
En México, la pandemia nunca ha estado domada. De manera escandalosa, todos los pronósticos de defunciones en nuestro país han sido pulverizados por la realidad. Es tal la doble moral del gobierno de Morena, que primero Hugo López Gatell aseveró que el pico de contagios acontecería el 9 de mayo, a pesar de su evidente yerro, un mes después hubo una campaña propagandística que afirmaba que ante la excelencia de su trayectoria, la Organización Mundial de la Salud sumaba a su panel de expertos para el manejo de la emergencia sanitaria a López Gatell.
Primero todos los elogios a la OMS porque reclutaba a un destacado funcionario de la «Cuarta Transformación de México», pero hace unos días que hubo pronunciamientos del Director de la OMS Tedros Adhanom en un sentido crítico hacia la gestión de la emergencia sanitaria en nuestro país, el gobierno de Morena se deslindó y alentaron la versión que el exhorto para atender con seriedad el problema era para la población en general, no para la administración gubernamental federal.
Decía Luis Donaldo Colosio que «cala más el ejemplo que la palabra», en esa tónica, cala más el mal ejemplo del presidente y de López Gattell que por pura necedad afirman que el uso de cubrebocas no es una medida preventiva real. Cuando el presidente afirma que es más importante la libertad de elegir si te cubres o no las vías respiratorias y él es un tácito promotor de la dispersión de aerosoles bucales, entonces estamos ante una grave dificultad porque cualquier advertencia profesional basada en estrictos criterios científicos se diluye ante los admiradores presidenciales que de buena fe le creen a López.
Mientras nuestro gobierno tuvo las intenciones de que el sistema de salud nacional estuviera al nivel de Dinamarca al iniciar este mes, hay otras latitudes del mundo en donde gobiernan sin aspiraciones desproporcionadas y reconociendo la gravedad de lo que ha desencadenado el coronavirus.
La canciller alemana Angela Merkel, que rara vez retoma pasajes de su vida personal en sus apariciones públicas, ha exhortado a su pueblo a tomar todas las medidas de prevención de contagio con una confesión privada: cuando era joven, decidió estudiar física porque incluso un estado totalitario como lo era la extinta República Democrática Alemana, no podían derogar las leyes de la naturaleza. «Sí, la ciencia también puede estar equivocada, puede obtener nuevos y mejores conocimientos, pero debemos confiar en ella, porque no tenemos mejor base para nuestras decisiones que la razón y ésta indica que debemos usar cubrebocas», comentó Merkel.
La canciller también exaltó una de las bases del ser humano: la solidaridad, «¿podemos realmente aceptar un número cada vez mayor de pacientes en las unidades de cuidados intensivos, podemos pasar por alto 400 o 500 muertes todos los días solo para mantener abiertos los puestos de vino caliente y las panaderías?», eso suena macabro pero describe el dilema de luchar contra una pandemia. Angela Merkel ha rogado que se le tenga confianza a la ciencia, que aconseja restricciones de contacto más estrictas. Por eso la consideración de que cada quien decida en libertad como lo ha propuesto el presidente López, resulta dañina para los 130 millones de mexicanos. La consideración de muchos intereses individuales legítimos no debe oscurecer la visión del bienestar general.
Consummatum: Alito Moreno ha exhibido la mezquindad: Si tan interesados están en Morena en combatir algún «tumor», mejor que empiecen por abastecer medicamentos a las miles de familias que están viendo fallecer a sus hijos, por la incompetencia de este gobierno. La hipocresía de Morena es tan grande, que pretenden ignorar su responsabilidad total en la desaparición de las guarderías infantiles, el «agandalle» de los fideicomisos y la falsa austeridad que pregonan. Tw: @lorenapignon_
Secretaria Nacional de Gestión Social del PRI
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