Lorena Piñón Rivera
Consummatum est
La capacidad de luchar por nuestros ideales no es algo que se agota con el tiempo, o por lo menos no debería ser. Quien claudica a sus reivindicaciones políticas, está condenado a padecer el declive constante de sus derechos y experimentar un rosario de agravios y ninguneos.
En el PRI, desde el inicio de mi militancia participé en el Organismo Nacional de Mujeres Priistas (ONMPRI) y como Secretaria de Mujeres Jóvenes del estado de Veracruz, me integré a un bloque de mujeres que cabildeó la paridad democrática durante la asamblea nacional del partido, acontecida durante el 2005 en la Ciudad de Puebla. El resultado fue que perdimos la votación y perdimos nuestra primera batalla para lograr que las mujeres ostentaran las candidaturas y dirigencias del partido.
Pero esa mezcla generacional de mujeres progresistas no cesó en su proyecto, insistimos en las siguientes asambleas nacionales que se efectuaron en los años subsecuentes. Fueron 3 deliberaciones estatutarias y 8 años de discusión, hasta que en la plenaria de marzo de 2013, en una alianza renovada entre las delegadas del ONMPRI y los representantes del entonces Frente Juvenil Revolucionario, se consumó en el PRI la democracia paritaria y la obligación de un tercio de candidaturas para menores de 35 años.
Esa conquista interna, después fue promovida como ley de observancia general para todos los partidos políticos, por esa razón las candidaturas se reparten por mitad entre hombres y mujeres. Nuestra lucha fue constante, fuimos herederas de causas que mantuvimos vivas en el debate interno y que después merecieron la adhesión de mujeres de distintas filiaciones políticas y sociales.
Por eso hubo júbilo y reconocimiento de todas las trincheras cuando el Instituto Nacional Electoral determinó que los partidos debían postular al menos a 7 candidatas a gobernadoras en el 2021. Lamento muchísimo que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación haya tomado esta decisión que a todas luces no concuerda con el perfil demográfico del país, en donde más de la mitad de la población y por ende de la ciudadanía, está integrada por el sexo femenino.
Hay muchos enfoques sensatos para criticar lo dictaminado por el Tribunal, desde consideraciones jurídicas, demográficas, sociológicas y hasta psicológicas (esto último considerando los dislates y titubeos que hubo en la conducción del debate entre los magistrados electorales); sin embargo, por ahora legalmente no se puede hacer nada.
El comunicado oficial apunta la siguiente aseveración en donde destaca la sugerencia discrecional del tribunal: «(los magistrados y magistradas) acordaron vincular a los partidos políticos a que, en la medida de lo posible, en atención a sus disposiciones internas, en las elecciones del próximo 6 de junio, en lo que toca a la selección de sus candidaturas a las gubernaturas, y respetando el principio de paridad de género, postulen el mayor número de mujeres posible».
Soy una mujer de leyes, la lucha no acaba, en los próximos años será necesario cabildear para que los legisladores coloquen claramente en la ley que la democracia paritaria será de observancia general para postular candidaturas a gobernadores y gobernadoras de los estados.
Consummatum: En las elecciones para los ejecutivos estatales entre 1954 y el 2018, fueron electas 351 personas, de los cuales más del 98% han sido hombres.
Tw: @lorenapignon
Secretaria Nacional de Gestión Social del PRI
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