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    Sergio González Levet

    Sin tacto

    El anuncio hecho por él mismo en su cuenta de Twitter de que Andrés Manuel López Obrador dio positivo a la prueba de Covid-19 levantó, como era de esperarse, una infinidad de comentarios, a favor y en contra…
    Primero, los memes:
    1. El presidente López Obrador tiene Covid-19. ¡Le deseamos mucha fuerza al coronavirus!
    2. Platican dos coronavirus y uno le pregunta al otro:
    -¿Cómo estás, amigo?
    El otro le contesta, compungido:
    -Muy mal, el doctor me dijo que me acaba de dar un AMLO.
    3. Nota para los alarmados coronavirus, hay una vacuna contra quienes se contagiaron de AMLO:
    ¡Es la realidad!
    4. ¡Hasta que el hombre dio positivo en algo!
    5. Jamás pensé ver un enfrentamiento entre un parásito y un virus.
    6. Regresa el Presidente de gira por Nuevo León, y llega contagiado de Covid-19. ¡Otra vez los regios resolviendo los grandes problemas del país!
    Y así por el estilo. Ya conocemos la inventiva del mexicano, desatada a su máximo en las redes, esas mismas en las que el Presidente reinó durante su égida en su camino al poder, y que ahora se le revierten como es costumbre en ese movedizo terreno de la simpatía pública.
    Hubo, ciertamente, muchos mensajes pidiendo por la mejoría de Andrés Manuel, pero también comentarios de otra laya.
    Uno recurrente es si no habrá sido una noticia falsa, para distraer la atención sobre el hecho de que estamos por llegar a los 150 mil mexicanos muertos por el bicho maligno.
    Otros se preguntan por qué no se contagiaron quienes estuvieron con él el viernes: Marcelo Ebrard, Alfonso Romo y Clara Luz Flores, la candidata a gobernadora de Nuevo León por Morena.
    Otros más se dicen que la enfermedad le está cayendo como anillo al dedo, porque con eso desmentiría el rumor de que se había puesto la vacuna de Pfizer. También, se sirve para no tener que hacer declaraciones esta semana, en que las cifras de la Covid-19 están que explotan en México.
    Y en una de ésas aprovecha para suspender definitivamente las mañaneras, que ya tienen cansado al país, según le sugirió al propio López Obrador una de sus seguidoras más fieles, inteligentes y antiguas: la escritora Elena Poniatowska.
    En fin, comentarios y bromas que vienen y que van en el mundo mexicano, tan mal informado por un presidente que habla mucho, pero poco comunica.
    Y menos dialoga.
    Tendremos que seguir fielmente el transcurso de la enfermedad presidencial, desear que no pase a mayores y esperar que las mentes sospechosistas no tengan razón en sus previsiones de que ha sido una burla más al pueblo, ése al que no se le engaña ni se le traiciona.

    sglevet@gmail.com

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