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    Lorena Piñón Rivera

    Consummatum est

    Llegamos al Día Internacional de la Mujer como una fecha que desnuda el talante machista e insensible de los gobiernos morenistas. La muralla de metal que circunda a Palacio Nacional, es en los hechos la exhibición de la incapacidad gubernamental de acabar con la violencia multifactorial que vivimos las mujeres por el hecho de la animadversión de hombres trastornados que atacan porque creen de manera irracional que su apéndice púbico los convierte en los seres supremos del género humano.

    El odio del prototipo machista se refleja en intimidación, agresiones, escarnio, chantaje, violencia, hasta la cima truculenta en donde se encuentran la violación sexual y el feminicidio. Los actos sexuales contra la voluntad claramente declarada de una mujer son un delito y la víctima no tiene que haber peleado físicamente para comprobarlo. En Veracruz y Guerrero como en todos los estados del país, cuando una mujer dice “no”, significa no y quien haga lo contrario es un violador.

    Estoy segura que el actual gabinete federal es el que tiene más mujeres en toda la historia del México postrevolucionario, pero este hecho no significa que el gobierno de Morena se distinga por ser feminista. Las mujeres debemos ser cautelosas porque Morena como gobierno ha cometido actos de franca agresión hacia las mujeres y pueden hacer más. ¿Qué podemos esperar, si la propia secretaria de gobernación Olga Sánchez ha referido que sufre discriminación en las reuniones del gabinete de seguridad por el hecho de ser mujer?

    La inminente candidatura de Félix Salgado Macedonio representa el grado de cinismo y falta de pudor que se encuentra contenido en ese muégano político conocido como Morena. Lo peor: ninguna de las mujeres morenistas encumbradas se atrevieron de manera oportuna a dar un posicionamiento claro y preferieron estar ausentes del reclamo de las que se atrevieron a denunciar los hechos de agresión sexual. Hablando con claridad: fingieron demencia lo más que pudieron, se aventaron el trago amargo de la candidatura de Salgado con pocos gestos de desagrado.

    El común denominador de altas funcionarias, dirigentes y representantes populares morenistas, es que no hubo pizca de empatía, ni siquiera un gramo de solidaridad con las mujeres que con valentía decidieron exponer los hechos dolorosos que aseguran padecieron con Salgado Macedonio. No hubo espacio para la sororidad, lo quisieron reducir a que se trataba de “politiquería”, lo quisieron revestir de ataque maliciosa con el propósito de afectar las aspiraciones políticas del guerrerense. Hasta hace unos días empezaron a “inconformarse” con la postulación del senador guerrerense con licencia.

    Es cierto, hay muchos que atajan la presunción de inocencia como un pretexto para abstenerse, sin embargo han evitado plantear la exigencia de que se aclaren estos hechos que enlodan más la pésima fama pública del guerrerense. En una época en que las mujeres hemos emprendido una lucha frontal contra la violencia, es monstruoso que quieran descalificar de manera prematura y tajante denuncias por violación. Morena no es feminista y debemos protestar en su contra con el poder de nuestra credencial de elector.

    Consummatum: El sueño perverso de Donald Trump se ha cumplido en el corazón del país: los mexicanos pagamos el muro.  Han iniciado las campañas, podemos derribar el muro del desprecio con los mecanismos de la democracia. Tw: @lorenapignon

    Secretaria Nacional de Gestión Social del PRI  

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