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    Valeria Marcial

    Matices Políticos

    Veracruz y todo México tienen una herida muy profunda por la creciente ola de asesinatos, ejecuciones, agresiones y desapariciones de mujeres.
    Nos duele la reciente muerte de Monserrat Bendimes, también la desaparición de Diana, María y cientos de mujeres que ya no regresaron a casa, que ya no volvieron a recibir el abrazo de sus hijos, sus hermanos y de sus padres.


    Ninguna madre merece pasar por el dolor de la ausencia de perder un hijo, una hija.
    Nos duele. Nos faltan muchas en medio de este México Feminicida, encabezado por autoridades cuyo discurso es muy lejano a la realidad de las mujeres y las niñas.
    Nos recortaron el presupuesto para refugios, para tratamiento contra el cáncer, nos limitaron el apoyo como madres solteras y así una gran lista de limitaciones.
    Un gobierno represor que nos encarcela por manifestarnos, por alzar la voz y exigir el respeto a nuestros derechos y libertades y por si fuera poco, en Veracruz a las mujeres feministas se les persigue y se identifican como peligrosas y de riesgo. Nada más indignante y violatorio de los Derechos Humanos. Ya lo pagarán.
    Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, se reportan de enero a marzo 234 muertes, presuntos delitos y víctimas de feminicidio, tan sólo en 2020 se tipificaron 946 y en 2019 se registraron 944.
    Este año, Veracruz ocupa el segundo lugar en feminicidios con 21 en la lista, en primer lugar, el Estado de México.
    Pero no solo hablamos de violencia por Feminicidios, también respecto a Homicidios Dolosos, cuya suma en este primer trimestre es de 715, Veracruz se mantiene en el octavo lugar con 25 casos.

    Sobre casos de Homicidios Culposos se han acumulado 776 casos, tan solo de enero a marzo, y Veracruz ocupa el quinto lugar con 44 casos, según reporte de la Fiscalía General del Estado (FGE) al Secretariado Ejecutivo.
    Actualmente no encontramos en periodo electoral, desafortunadamente no he escuchado propuestas reales y concretas en pro de la mujer, sólo discursos trillados, acartonados, medidos por el costo político y encasillado a las líneas e ideologías partidistas. No se dan cuenta que la violencia no respeta ideología, colores, edad y religión. No se dan cuenta, no lo quieren ver o no les conviene.
    Un Congreso sumiso, con diputadas que han decepcionado a las mujeres porque una vez que llegaron al cargo se han ceñido a lo que mandan los hombres del poder, no nos representan, nos han quedado a deber, ya se van y algunas buscarán repetir en el cargo, pero nos han quedado a deber. Que no se les olvide, el pueblo pone y el pueblo quita. Vamos a despertar. Porque nos sembraron miedo y nos crecieron alas.
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