Sergio González Levet
Sin tacto
Los cuatro petits la tienen muy dura en estas elecciones. Se enfrentan por primera vez al proceso y deben conseguir este 6 de junio más de cien mil de los peleadísimos votos de los veracruzanos, que podrán optar entre 14 partidos y dos alianzas en las elecciones más grandes de la historia.
Los petits son los nuevos institutos políticos autorizados por el OPLE para que contendieran este año en el estado: 1. Partido Cardenista; 2. Podemos; 3. Todos por Veracruz, y 4. Unidad Ciudadana.
En este momento álgido de la elección, a 11 días apenas del domingo de las votaciones, los petits saben que deben hacer un esfuerzo supremo para conseguir el registro que con tanto o con tan poco esfuerzo -según cada caso- pudieron lograr y ahora tratarán de mantener, para seguir gozando de la gloria de las prerrogativas, esas cantidades mensuales de dinero, que pueden gastar casi sin reservas y con una laxa fiscalización.
Pero necesitan más de cien mil votos cada uno…
Podemos, que dirige con entusiasmo Francisco Garrido, es un partido que está consiguiendo las condiciones para seguir existiendo en el paraíso de la jugosa nómina del Organismo Público Local Electoral de Veracruz.
Su experimentado dirigente ha recorrido varias veces la curiosa geografía Veracruzana y supo establecer convenios y alianzas sumamente favorables para su causa.
Paco habló, convenció, sedujo y consiguió sumar las voluntades de varios liderazgos regionales y de prohombres locales para que su naciente partido pudiera integrar una nomenklatura de buenos candidatos que le irán dando unos cuantos votos por aquí y otros muchos sufragios por allá, hasta llegar a la cifra mágica que superará el 3 por ciento de la votación total.
Paco supo también rodearse de políticos avejentados pero aventajados, que le aportaron el colmillo necesario y lo llevaron a sortear grácilmente los senderos más tortuosos.
Son 5 y medio los millones de ciudadanos que podrán votar en Veracruz. Los pronósticos dicen que acudirá a las urnas entre el 50 y 60 por ciento del padrón.
La estrategia del jefe Garrido no tiene pierde. Se fue hacia las poblaciones medias, que están a caballo entre lo urbano y lo rural, y así se encamina a conseguir, por decenas casi imperceptibles, los sufragios suficientes hasta superar, golpe a golpe y verso a verso, los cien mil necesarios.
Y habrá que ver lo que sigue, porque Podemos seguirá creciendo en el futuro.
Cierto, el mundo no se acabará para Paco Garrido el 6 de junio.
Más bien será un nuevo comienzo.
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