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    Ignacio Alvarez

    Pluma Negra

    La carrera por la sucesión en Veracruz ya está en marcha, este domingo midieron fuerzas dos de los primeros aspirantes a reemplazar a Cuitláhuac García Jiménez en un claro divisionismo interno de las huestes de MORENA. Los grupos locales y federales marcaron su territorio, su gente y su discurso.

    Por un lado, y presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputado, Sergio Gutiérrez Luna, diputado plurinominal por el estado de México y por otro, la Secretaria de Energía, Roció Nahle, representada por la diputada federal Rosalba Valencia y los senadores; Gloria Sánchez Hernández y Ernesto Pérez Astorga; ambos grupos con el mismo tema en el mismo municipio con dos eventos de Asamblea Informativa de la Reforma Eléctrica propuesta por el Presidente.

    Gutiérrez Luna se trajo a 45 legisladores federales de todas partes del país y una diputada local, Jessica Ramírez; mientras que Nahle García buscó la fuerza del Congreso Local con el presidente de la Junta de Coordinación Política, Juan Gómez Cazarín.

    Los dos eventos en Minatitlán y con llenos manipulados, a favor de Gutiérrez y Nahle; un espectáculo de fractura entre los morenitas que se agrupan para buscar la sucesión de Cuitláhuac García Jiménez quien se mantuvo al margen de ambos eventos.

    La decisión del diputado Gutiérrez de realizar al vapor un evento paralelo, encuera la falta de respeto a la línea del Jefe Político de Veracruz, su atrevimiento con el supuesto padrinazgo del Secretario de Gobernación; eleva las diferencias entre los morenistas a otros niveles.

    Hasta hace unos meses, toda parecía indicar que la senadora con licencia, Rocío Nahle no tenía mayores complicaciones, incluso se habían sofocado las fiebres locales y el Jefe Político de Veracruz, le cuidaba las espaldas; pero la decisión de Gutiérrez de meterse con otra línea del CEN de MORENA, modifica el escenario en el arranque del 2022, y aún faltan otras sorpresas, características de las sucesiones estatales.

    Psicosis en Sector Salud

    Una verdadera psicosis originada de la incertidumbre laboral padecen los miles de trabajadores del Sector Salud de Veracruz, incluidos los sindicalizados, puesto que los dirigentes mantienen un silencio total respecto a la decisión del Gobierno de México de fusionar los servicios de salud de los estados al IMSS Bienestar.

    Y es que desde hace un par de meses, se observan movimientos extraños en el sistema de Salud estatal; desde el silencioso y quirúrgico despido de personal eventual,  restricciones en la prestación de los servicios médicos y cobros obligatorios a todos los servicios.

    Los empleados sindicalizados, eventuales y de confianza de todo el Sistema Estatal de Salud, observan las nuevas disposiciones sin que alguien les informe, ni siquiera sus dirigentes.

    Fue hasta este domingo que el polémico y pesado delegado de Bienestar, Manuel Huerta oficializó la estrategia del gobierno que consiste en la transferencia paulatina de los servicios y personal al IMSS Bienestar en lo que llaman la Federización del Sistema de Salud, aceptado por el Gobierno de Veracruz.

    El argumento es el acceso gratuito a los servicios de salud, sin embargo, en la primera fase, se suspenden los servicios a quienes cuenten con IMSS o ISSSTE y los que sí se atienden se les cobran un mínimo de 300 pesos la consulta.

    También dice el funcionario que los trabajadores gozarán de basificación y todas sus prestaciones, sin embargo, las primeras acciones consisten en adelgazar la nómina sin información para los trabajadores, por parte de sus jefes inmediatos.

    Por el momento, tanto pacientes como empleados, padecen la psicosis de la incertidumbre; los primeros por los servicios de salud y los segundos, por su situación laboral.