Jorge Arturo Rodríguez
Tierra de Babel
Un tal por cual, como ustedes saben, llamado Tales de Mileto, dijo que el agua es el principio de todas las cosas. ¿Acaso será el fin de las cosas? Cuando el río suena, agua… contaminada… lleva, si somos optimistas, porque casi “estamos” secos. ¡Aguas! Pero necios somos, quizás por eso Albert Einstein se pregunta: “¿Qué sabe el pez del agua donde nada toda su vida?”
De que nos estamos acabando el agua, ni quien lo dude, desde hace tiempo y en todas las latitudes. Ahora el alcalde de Xalapa, Ricardo Ahued, nos dice que algunos xalapeños roban agua y es difícil castigarlos, que “es como el huachicol, no los encuentras, son invisibles, encontramos el daño y lo cerramos”. ¿La solución somos todos? Pero si a mi casa no me llega por días el vital líquido y aun así tengo que pagar el consumo del líquido invisible que me hace pensar en lo que estamos haciendo con nuestro diario vivir.
No sé qué periodista señaló que el gobierno no tiene corazón. ¿No más el gobierno? Tanto peca el que mata la vaca como el que le agarra la pata. Bueno, yo no lo sé de cierto, pero llegará un día en que ni exclamar “¡Salud!” podremos. Escribe Stanislaw Lec que cuando el agua te llega al cuello, no te preocupes si no es potable. La reflexión vendría del refrán: “Algo tendrá el agua cuando la bendicen”. O lo que es lo mismo, agua que no has de beber… O mejor, agua que no has de beber, pregúntate por qué, dijera Janette L. Clariond.
Ta güeno, pues. Francisco Tario escribió: “Perfectamente Schumman se arrojó a un río. Mas imagínate qué especie de horroroso destino le hubiera aguardado de no encontrar ese río”.
Los días y los temas
Lo que nos ha hecho la pandemia y seguirá chingándonos, sin contar con demás males que se avizoran en el horizonte. Cuando me enteré de la noticia, simplemente me eché a reír. ¿Ya pa’ qué llorar? Por la maldita pandemia, la SEP sostuvo que ningún estudiante de primaria y secundaria será reprobado en la terminación del ciclo escolar 2021-2022, incluso si cuentan con faltas o bajas calificaciones.
“Esto según el anteproyecto del acuerdo para la terminación del ciclo escolar 2021-2022 e inicio del periodo lectivo 2022-2023, donde se establece que en todos los casos en que se asiente una calificación numérica en la boleta de evaluación de las y los estudiantes de educación primaria y secundaria, la calificación que deberá registrarse no podrá ser inferior a 6.” Me lleva la que me trajo. Me agarré de los pelos, a punto estuve de darme cabezazos en la pared, porque me acordé de la canción “La de la mochila azul”:
“Que te pasa chiquillo que te pasa
Me dicen en la escuela y me preguntan en mi casa
Y hasta ahora lo supe de repente cuando
Oí pasar la lista y ella no estuvo presente
La de la mochila azul, la de ojitos dormilones
Me dejo gran inquietud y bajas calificaciones
Ni al recreo quiero salir no me divierto con nada
No puedo leer ni escribir
Me hace falta su mirada”.
¡Cuánto gusto enamorarme sin tener que preocuparme de las bajas calificaciones! En fin, me quedo con Mark Twain: “Nunca he permitido que la escuela entorpeciese mi educación”.
De cinismo y anexas
En una encuesta de lectupedia.com realizada recientemente, leo lo siguiente: “En cuanto a la cantidad de libros que cada persona lee por país, los resultados tampoco sorprenden. Por ejemplo, Francia nuevamente se coloca en el primer sitio, junto con Canadá, pues sus habitantes lectores tienen por costumbre consumir hasta 17 libros al año en promedio.
“De acuerdo con los apuntes de Lectupedia, Estados Unidos es el tercer país que apunta más obras leídas entre su población lectora; mientras que Corea del Sur se mantiene con 11 libros por persona, seguido de Portugal con 8.5; España, 7.5, y Estonia con seis libros.
“Nuevamente, los países latinoamericanos se ubican al fondo de la lista, y para botón de muestra encontramos a Chile con 5.3 libros leídos o a Perú con 3.3. En este conteo sigue Brasil con 2.5 libros leídos; luego Venezuela con 2; además de Colombia con 1.9; Argentina, 1.6 y al final del conteo, México con 1.4 libros en 12 meses”. ¡México! ¡México! ¡México!… ra ra ra
Quien tenga oídos… Mejor hay que leer siempre a lado de uno mismo, ¿o no Aurelio Asiain?
Ahí se ven.