Bernardo Gutiérrez Parra
Desde el Café
El 3 de enero del 2018 en Izamal, Yucatán, el candidato de Morena, PES y PT a la presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador, arrancó el año con una promesa insólita: acabar con la guerra contra el narcotráfico y pacificar al país en sólo tres años.
“A mitad de sexenio ya no habrá guerra y vamos a tener una situación totalmente distinta, diferente, vamos a reducir los índices delictivos, ese es mi compromiso. Yo voy a conseguir la paz y voy a terminar con la guerra, ese es mi compromiso. No vamos a continuar con la misma estrategia que no ha dado resultados”, dijo y cumplió… sólo la última parte.
Su estrategia de abrazos en lugar de balazos a los delincuentes, ha convertido al país en un cementerio. Y en ese sentido no necesito decirte lector cómo van los índices de violencia.
En septiembre del 2018 en la Plaza de las Tres Culturas y ya como presidente electo, anunció la creación de la Guardia Civil Nacional; una agrupación que sería independiente del Ejército y estaría al mando de un civil “para que actúe como ejército de paz”.
Pero desde que nació en 2019 le quitaron lo de Civil y la dejaron en Guardia Nacional, que siempre sí estará bajo las órdenes del Ejército, según anunció el propio López Obrador. “Pero eso viola la Constitución, señor presidente”. “A mí no me vengan con el cuento de que la Constitución es la Constitución”.
De entre las voces que se alzaron para reprobar este atentado presidencial a la Carta Magna, destaca la del diputado federal José Francisco Yunes Zorrilla que este miércoles, al fijar su postura sobre lo que ya se conoce como “El Decretazo” dijo:
“Deseo profundamente que lo dicho por el presidente de la República ayer y antier sea sólo un anuncio y no se convierta en decreto, ni en iniciativa de ley, ni en propuesta de reforma constitucional, porque reflejaría el despropósito del presidente y el fracaso de su gobierno en materia de seguridad pública y por otro lado, el desprecio por el orden constitucional.
“Por unanimidad en las dos Cámaras se aprobó la reforma al artículo 21 constitucional para darle al presidente de la República la Guardia Nacional que tendría que ser un cuerpo civil, policiaco, profesional. En casi cuatro años de gobierno esta administración no formó los policías federales que se requieren para integrar la Guardia Nacional; por eso requiere de nueva cuenta al Ejército y a la Marina.
“Ya no le va a dar tiempo, el anuncio del presidente de la República llama a la atención del país para decirle a los mexicanos que su estrategia de seguridad falló, para tristeza de todos nosotros”.
Con un lenguaje pulcro, lejos de exabruptos y estridencias, José Yunes puso en evidencia lo que el autócrata no quiere reconocer y mucho menos aceptar; que su política populachera no funcionó contra los criminales que se han adueñado de la mitad del país… y van por la otra mitad.
El “decretazo” del presidente es su aceptación implícita de que no pudo con los delincuentes, no terminó con la guerra y mucho menos trajo la paz. Y ya no le dará tiempo de otra cosa que seguir contando asesinatos violentos.
No está demás subrayarlo, la Guardia Nacional en manos del Ejército no inhibirá la violencia y es violatoria de la Constitución. Sobre esto fue muy puntual el legislador federal Yunes Zorrilla, cuya presencia en la máxima tribuna del país es cada vez más relevante.
Y en este punto me quiero detener. Un militante del PRI que hace cuatro años votó por José Francisco y es parte del medio millón de votos cautivos que tiene el peroteño me dijo:
“Por si no lo has notado, desde que Pepe anunció su interés de volver a contender por la gubernatura, los veracruzanos lo están volteando a ver otra vez, pero ahora con más atención de la que le pusieron en 2018. Si hasta hace unos meses eran cientos, ahora son miles los que están pendientes de lo que dice y hace. Y más temprano que tarde sumarán millones, te doy mi palabra”.
Como creo que no le falta razón; queda el comentario para el registro, lector.
bernardogup@hotmail.com