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    Miguel Ángel Gómez Ruiz

    Contrapunto

    Cada día que pasa en nuestro país despertamos y nos enteramos que los militares siguen apoderándose no sólo de la voluntad del presidente López Obrador, sino que cada vez logran más control, espacio e impunidad.

    Sí, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) bajo el mando de Luis Cresencio Sandoval ya puede andar en las calles realizando labores de vigilancia y seguridad pública, aunque no lo hace en todos lados. Si no, mire las noticias de los últimos días.

    Por ejemplo, en ese territorio conocido como “Tierra Caliente”, en lugares como San Miguel Totolapan y Coyuca de Catalán no pueden entrar si no es con permiso de la población, la cual está controlada por grupos delictivos que siembran opio en esa región. Más hacia Coyuca la tala inmoderada es la principal actividad y tampoco hay presencia del Ejército. Lo mismo en Michoacán, Zacatecas y ahora hasta en Chiapas, en donde los soldados son humillados y corridos de esos lugares.

    Sin embargo ¿Qué importa?, hoy los militares tienen a su mando el Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles” que apenas recibe vuelos de Venezuela, pues no cumple con los requisitos exigidos para recibir vuelos de Estados Unidos, Canadá, ni mucho menos de Europa.

    También tendrán el control del Tren Maya, cuya construcción –en la que participan activamente los soldados como chalanes- ha causado devastadores daños a la ecología. Esta semana, la familia López se movilizó para trasladar a decenas de altos mandos a una zona lujosa en Mérida para que se atienda y resuelva otra parte del trazado del lujoso tren que no estará disponible para todos los mexicanos.

    Y peor aún, todo el dinero que han guardado bancos mexicanos y extranjeros en los últimos años y que no haya sido movido, pasará –una parte- a emplearse a favor de los militares. La otra será utilizada para programas sociales, es decir, para compra de conciencias y votos. Así es la Cuarta Transformación.

    Sin embargo, sigue habiendo enfrentamientos protagonizados por el crimen organizado. Siguen muriendo campesinos, empresarios, alcaldes, niños y el Ejército parece no tener el poder para detener todo esto. Y aun así, los altos mandos tendrán a su disposición, propiedades y recursos.

    Tampoco en Veracruz se ven las acciones del Ejército Mexicano. No se ven por ningún lado. No persiguen delincuentes, llegan tarde a auxiliar a aquellos que han sido afectados por las lluvias y no se solidarizan con nadie.

    Todo ello provocó que hubiera más carga de trabajo para la policía estatal a la que tampoco le ha ido bien, sobre todo al jefe de jefes, Hugo Gutiérrez Maldonado –despedido por Jaime Rodríguez “El Bronco” hace algunos años-.

    Resulta que tres policías veracruzanos fueron sorprendidos en Puebla ordeñando un tráiler. Ya fueron traídos para acá. Fueron suspendidos y se analiza su situación para saber qué acción tomar. Por supuesto que eso es un error, pues lo que procedería sería el despido y su encarcelamiento. Para más, dos jefes policiacos también fueron detenidos tras haber participado en la desaparición de un jefe de la policía vial en la zona conurbada el pasado mes de mayo.

    Es indudable que se requiere a policías con un entrenamiento impecable y encima, que sean honestos. A la vez, se requiere que los altos mandos sean ejemplo de integridad y eso es tan difícil.

    Mientras eso no se logre, ni siquiera el gesto compungido del gobernador Cuitláhuac García logrará que se le crea que existe una policía estatal competitiva y comprometida a cuidarnos.

    Más del Poder Judicial

    Por allí se rumoró que la presidente del Poder Judicial de Veracruz, Isabel Romero Cruz pretendía ampliar su período como titular de ese lugar al que ha devastado.

    Su falta de conocimientos y capacidad, así como su necedad en despedir a magistrados con mucha más experiencia que ella y encima, su deseo de venganza en contra de aquellos que señalaron sus faltas y errores provocó que hoy día, el Poder Judicial veracruzano sea uno de los peores del país.

    Lo único bueno es que dejará el cargo el próximo 30 de noviembre y no la veremos más. Se rumoró que Ailett García Cayetano, pariente del gobernador Cuitláhuac García podría quedar en su lugar pero no, eso sería terrible, no sólo porque no tiene los conocimientos, sino porque carece de carrera judicial. Quizá el único, sí, el único que podría cumplir con los requisitos sería Esteban Martínez Vázquez. De ahí en fuera, no hay nadie de todos los que impuso el gobierno del estado –morenistas- que pudiese con el cargo.

    Y si llegase Esteban Martínez Vázquez veríamos una serie de cambios que provocarían una mejora en el Poder Judicial, sobre todo por los malos manejos administrativos que ha habido. Ojalá.

    En tanto, siguen sin ser atendidos dos casos que debieran ser de urgente resolución. Uno de ellos sería la restitución de su cargo al magistrado Marco Antonio Lezama Moo que ya cuenta con un amparo que ha sido desacatado por Isabel Romero. El otro es el tema de la magistrada Yolanda Cecilia Castañeda Palmeros, despedida en agosto de 2021 pese a que ella fue nombrada –mediante un decreto legislativo en 1997- magistrada numeraria con carácter de inamovible. Ella debe ser restituida en su cargo. Así.

    Sin embargo, Isabel Romero Cruz ha sido manejada no sólo por el gobernador Cuitláhuac García, sino también por el secretario de gobierno Eric Cisneros y el coordinador de Morena en el Congreso, Juan Gómez Cazarín. Estos tres personajes han hecho lo que han querido allí dentro. Más que servidores públicos, parecieron promotores de empleos. Por eso es que el Poder Judicial está como está.