Felipe de Jesús Fernández Basilio
Desde a Janela
“Ya solo restan un año, once meses y tres días para que se vaya a … su rancho”
Aunque el título calza muy bien para describir otra de las facetas de la administración de López Obrador, en esta ocasión vamos a platicar del estado de Veracruz.
Como bien es sabido, el estado de Veracruz es uno de los bastiones más fuertes de la auto mal llamada 4t y e en donde desde hace más tiempo se sufre la banalidad y la corrupción característicos de MRN, ya que desde 2018 cayó en el desgobierno disfrazado de transformación.
Ahora bien, no es que sea el único estado en esa situación, ya que Morelos vive una situación similar y desde 2021 se sumaron al elenco de la desgracia estados como Zacatecas, Campeche, Guerrero y recientemente Tamaulipas; los cuales poco a poco van a ir conociendo la degradación de sus instituciones.
Lo que sí es que Veracruz es el pionero en tener un gobernador inepto con una mayoría legislativa inútil (porque por sí misma no piensa ni hace nada) pero aplastante y con unos operadores políticos que se han dedicado a subyugar al poder judicial y a los órganos autónomos de la entidad y los han colonizado con personajes cuya frivolidad es directamente proporcional a su ineptitud.
En Veracruz es muy común ver a funcionarios de primer nivel que matan el tiempo organizando fiestas, concursos y competiciones con una temática absolutamente banal mientras la entidad afronta un verdadero desastre en seguridad, en educación, en falta de empleos y un largo etcétera de temas de administración pública.
Un buen ejemplo de lo anterior es el caso de la secretaria del trabajo local, quien en sus redes sociales muestra lo divertido que puede ser preparar algún guiso o recorrer colonias repartiendo en compañía del gobernador del estado el pasquín que edita periódicamente su partido (MRN).
O si se quiere ver otro ejemplo aún más gráfico de lo señalado, basta con entrar a la página de internet del poder judicial del estado para darse cuenta de hasta donde se puede desvirtuar la función pública y es que, tanto en su portal como en sus redes sociales, dicho órgano de impartición de justicia nos da cuenta de que la magistrada que ocupa su presidencia (no hay que olvidar que la impusieron en el cargo violando las leyes de la materia) participa en una cantidad de eventos que nada tienen que ver con la impartición de justicia ni con la administración de los recursos del poder a su cargo.
Y así la vemos un día retratada con el secretario de gobernación federal que anda en precampaña o la vemos celebrando “convenios” con órganos autónomos colonizados por consejeros igual de frívolos que solo buscan una foto pero que de su trabajo poco o nada se sabe.
Pero en cambio, nada se sabe de la cancelación de la construcción de las ciudades judiciales en muchas ciudades del estado ni tampoco de la eficiencia de los juzgados y tribunales para resolver los litigios que ante ellos se presentan ni mucho menos el por qué sus jueces penales han involucionado en la aplicación del sistema penal acusatorio.
Y el futuro que le aguarda a ese poder no es nada halagador, ya que todas las salas del Tribunal Superior se encuentran presididas por personas que fueron promovidas por el actual gobernador y cumplen cabalmente con los requisitos para ocupar el cargo: frivolidad y oportunismo
Por otra parte, la legislatura del estado es una caricatura de cámara legislativa, ya que está controlada por una mayoría que es incapaz de legislar algo positivo y que por el contrario, se dedica a amedrentar a los alcaldes para que contraten obra pública con quien indique su líder o bien destruyen todo lo que pueden y si sacan dinero de ahí, con más gusto lo hacen y ya ni hablar de los jugosos “moches” que en su departamento de comunicación social se llevan a cabo.
Pero eso sí, la legislatura local realiza una sesión solemne para recibir como si de un alto dignatario se tratara al secretario de gobernación federal quien, por cierto, no tiene facultades para presentarse en las legislaturas de los estados cuando van a votar una reforma constitucional; de ello ya hablaremos en otra ocasión.
De los secretarios de despacho, quienes son los encargados de conducir las diversas ramas de la administración pública, hay poco que decir más que se dividen en tres grupos que son: los que viven en la farándula sin producir nada, como la antes mencionada secretaria del trabajo; los que han conformado cacicazgos extendiendo su dominio en todo el estado al imponer inútiles funcionales en el poder judicial y órganos autónomos, así como sostener vínculos con la delincuencia organizada que abunda en la entidad y que a costa de todo ello se han posicionado políticamente y sobre todo se han enriquecido, siendo el caso más conocido el del secretario de gobierno y por último, están los que son grises, es decir los que ocupan el cargo pero que no hacen nada y solo se recuerda su existencia cada año cuando comparecen y un ejemplo de ellos es el secretario de desarrollo social o como se llame su dependencia, la verdad que es tan gris que ni del nombre me acuerdo.
Y de lo que queda de los órganos autónomos tenemos a una fiscalía que no investiga nunca nada y que cuando lo hace, lo hace muy mal y los jueces federales le enmiendan la plana; un órgano de fiscalización que hace todo menos fiscalizar, un instituto de transparencia que realiza muchos foros y eventos pero que fomenta la opacidad ya que nada se dice del destino de los dineros públicos ni mucho menos a quienes benefician y una comisión estatal de derechos humanos que adopta una actitud contemplativa ante los abusos policiales y la imposición indiscriminada de la prisión preventiva.
Después de este breve repaso, nos podemos dar cuenta del deterioro al que en muy poco tiempo se puede llegar cuando se elige a las personas equivocadas para gobernar; ya que uno de los estados que en otros tiempos fuera distinguido por aportar tanto personajes ilustres como instituciones de vanguardia al país, ahora se distingue por estar sumido en un caos en el cual la banalidad y la corrupción dirigen sus destinos.
felfebas@gmail.com
Twitter: @FelipeFBasilio