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    Miguel Ángel Gómez Ruiz
    Contrapunto

    Desde muy temprano el domingo, muchas personas salieron de sus casas y hoteles para caminar hacia el Zócalo de la Ciudad de México.

    Se presagiaba que la marcha sería exitosa pues no sólo asistirían figuras de la clase política, sino también empresarios, deportistas, maestros, abogados y jóvenes de distintas zonas de la Ciudad de México. Ricos y pobres. Blancos y de piel oscura. Con carrera profesional y sin la misma.

    El propósito era manifestarse para defender al Instituto Nacional Electoral (INE), el mismo que validó el triunfo del presidente López en 2018 y que validó triunfos de todas las fuerzas políticas al paso de los años.

    La sola idea de que los mexicanos perdamos nuestra libertad para elegir a quien mejor nos parezca para un cargo político causa temor. El hecho de que un gobierno decida influir en las personas con chantajes y compra de votos denigra a todos, especialmente al necesitado, llevado hasta esa situación por el mismo gobierno al que le conviene comprarle el voto cada que sea necesario.

    Este domingo fue clave, no sólo en la Ciudad de México, sino en casi cien ciudades del país y en el extranjero dejar establecido que los mexicanos, los que amamos al país y trabajamos para pagar impuestos no queremos imposiciones ni mucho menos que se degrade a un instituto que ha trabajado para todos.

    Defender al INE este domingo no fue una vergüenza. No, lo fue.

    En todo caso, es más vergonzoso:

    • Mentir sobre la situación del país.
    • Que los hijos del presidnete sean millonarios sin tener un trabajo siquiera.
    • Que en lugar de gobernar, se polarice a la Nación.
    • Que se gasten recursos del presupuesto en obras inútiles.
    • Que se proteja al narco en todo sentido.
    • Que no se tenga creatividad para incentivar obra pública en el país.
    • Que se proteja a dictadores que han sumido en crisis a sus gobernados.
    • Que se intervenga en la política de otros países como en el caso de Perú.
    • Que se creen fuerzas especiales de seguridad que no han rendido buenas cuentas.
    • Que no se tenga capacidad para mejorar el sistema de salud y que no se compren medicamentos.
    • Que una ministra morenista haya decidido copiar tesis tanto para tu título profesional así como para su doctorado.

    El plan “B” del presidente fue aprobado por los senadores pero ha quedado en manos de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. No sólo se espera que actúen con profesionalismo, sino como patriotas y detengan cualquier abuso por parte de un presidente que ha estado lejos, muy lejos, de llevar a una buena situación al país.

    El Poder Judicial de Veracruz, de mal en peor

    En las próximas horas, la magistrada Gladys Maldonado, despedida –por consigna- hace dos o tres años del Poder Judicial, dará a conocer que ganó un amparo y que deberá ser repuesta en su cargo.

    Ella, al igual que los magistrados Marco Antonio Lezama Moo, Roberto Dorantes Romero, Yolanda Cecilia Castañeda Palmeros y otros más, fueron víctimas de una campaña de odio tanto del gobierno del estado y de la Legislatura de Veracruz.

    La situación se agudizó desde que asumió el cargo Sofía Martínez Huerta; posteriormente fue destituida y su lugar lo ocupó alguien mil veces peor: Isabel Romero Cruz.

    La corrupción y la insensatez reinaron en esos períodos hasta que finalmente, Romero Cruz tuvo que abandonar el Poder Judicial ya que meses atrás, en 2022, había cumplido 70 años.

    Roberto Dorantes ganó un amparo y batalló para que se le repusiera en su cargo. Se habló con él y desde ese entonces, el magistrado no comenta nada. Prácticamente le arrancaron la lengua y nunca más volvió a figurar. Uno que otro empleado del lugar se refiere a él como un fantasma al interior del Poder Judicial.

    En el caso de Marco Antonio Lezama Moo éste también ganó un amparo, pero ha habido una resistencia por parte de los diputados locales, comandados por el peor de todos, Juan Gómez Cazarín, para devolverle su cargo, pues ello afectaría a amigas y familiares del gobernador Cuitláhuac García.

    En el caso de Yolanda Cecilia Castañeda Palmeros, ésta fue nombrada –mediante un decreto legislativo- magistrada numeraria inamovible. Ella ha sido la más talentosa en generaciones, al grado que ganó el Premio Nacional al Mérito Judicial. Cuenta con una brillante carrera universitaria, dos maestrías, dos doctorados y un sinnúmero de diplomados.

    En el caso de Gladys Maldonado, también es una mujer preparada y fue despedida injustamente. Hasta ahora, años después, el Poder Judicial de la Federación a través del Primer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Séptimo Circuito, resolvió otorgarle un amparo.

    Fue un trabajo serio de los magistrados Víctor Hugo Mendoza Sánchez, Luis García Sedas y Naela Márquez Hernández.

    Ahora, les corresponderá a los diputados OBEDECER LA LEY y reponerla en su cargo, así, sin más.

    PD México requiere otro rumbo. No más pobres, no más improvisados, no más de aquellos que buscan odios y que empobrecen al pobre para disponer de él. Basta de mentiras, sembrar discordia y de regar mierda en todos lados. Le urge al país un presidente, no una plañidera.