Luis Alberto Romero
Hora cero
Nuevos hechos de violencia se registraron en las horas recientes en la zona norte de Veracruz, convertida en tierra de nadie.
Al hallazgo de restos humanos en la cochera de una vivienda en Poza Rica, el pasado domingo, se sumó el ataque armado al interior de un bar en la colonia Ávila Camacho de ese mismo lugar, por la noche de este lunes.
Producto de ese atentado, un hombre fue asesinado y uno más se reportó gravemente herido.
El domingo, dentro de una bolsa de plástico se encontraron los restos de una o más personas.
Unos días antes, el 9 de mayo, otro hecho similar se reportó en ese mismo municipio: restos humanos fueron abandonados cerca de la popular colonia Petromex, en la salida a Papantla.
Apenas el viernes, un grupo delincuencial difundió un video en redes sociales, en el que se observa una masacre al interior del bar denominado “El Indio”, en la zona centro de Papantla. En ese hecho, ocurrido el 18 de mayo, tres personas –dos hombres y una mujer– cayeron abatidas.
Muy cerca de ese punto del norte veracruzano, en el municipio de Filomeno Mata se reportó la ejecución de otra persona el pasado 18 de mayo; y el día 15 de mayo, un taxista y una mujer, en Poza Rica, fueron asesinados a balazos, tras una persecución registrada en la colonia Chapultepec.
Son días de violencia extrema, masacres y hechos atroces en el corredor Tihuatlán – Poza Rica – Papantla.
En este último municipio, el pasado sábado 6 de mayo, la población del primer cuadro de Papantla vivió un día de miedo por el hallazgo de dos cuerpos –un hombre y una mujer– que fueron arrojados en la vía pública; y una semana antes, a finales de abril, otro hombre fue victimado al interior de un bar en tierras papanteas.
El recuento de hechos violentos recientes en la zona norte del Estado es tan extenso como lamentable. La población de esos municipios perdió la calma.
No importa el discurso que invariablemente se refiere a enfrentamientos y venganzas entre integrantes de grupos de la delincuencia; eso ya no parece tranquilizar a la población de una región donde los niveles de violencia se asemejan a los registrados hace 13 años.
En mayo de 2010, en el último año del gobierno de Fidel Herrera, se registró una balacera en el muy concurrido centro comercial Gran Patio de Poza Rica; el saldo fue de 3 personas muertas. Esos mismos niveles de violencia causan hoy alarma entre los habitantes de esa zona, para quienes no tiene mucho sentido la campaña gubernamental que intenta posicionar a Veracruz como un lugar seguro.
En los últimos 16 meses, en Veracruz se han documentado mil 122 homicidios dolosos; 672 de los cuales se cometieron con arma de fuego.
Desde el inicio de la presente administración estatal hasta el mes de abril de 2023 se contabilizan 5 mil 57 homicidios dolosos; y si bien en términos generales las estadísticas del delito van a la baja, la violencia se mantiene como un motivo de preocupación, particularmente hoy en la zona norte de Veracruz.