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    Carvallo-Peña

    Luis Alberto Romero

    Hora Cero

     

    Este lunes 20 de octubre, el presidente Enrique Peña Nieto estuvo en tierras veracruzanas; en Poza Rica, al norte del estado, encabezó el relanzamiento de la estrategia “Sin Hambre-Veracruz” y de forma directa entregó apoyos del programa Prospera.

    Se busca –dijo– apoyar a quienes se encuentran en rezago social con un programa que abarca no sólo los aspectos de alimentación; sino, sobre todo, las oportunidades para una mejor preparación; la capacitación para el trabajo; la inclusión financiera, entendida como la posibilidad de que los beneficiarios puedan recibir créditos de la banca, para el desarrollo de proyectos productivos, a tasas de interés preferenciales y a plazos cómodos; y mejores servicios de salud pública.

    Se trata de una estrategia en la política social del gobierno federal, que intenta ir más allá de los apoyos económicos para los más pobres, y que tiene como objetivo la incorporación de los beneficiarios a la vida productiva del país.

    Actualmente, Veracruz cuenta con 730 mil personas que reciben los apoyos del programa que antes se denominaba “Oportunidades”; esta es una de las entidades más beneficiadas con dicho programa, que recientemente incorporó a más municipios pobres para pasar de 32 a 85.

    Durante 2014, el número de beneficiarios de Prospera en Veracruz aumentó más del 4 por ciento, para pasar de 700 a 730 mil. Por si fuera poco, más de 450 mil adultos mayores de la entidad reciben apoyos asistenciales del gobierno federal, al igual que 400 mil mujeres.

    Son datos que, lejos de enorgullecernos, deben llamar a la reflexión porque hablar de la dimensión de la pobreza en Veracruz, una de las entidades con la población más pobre y con más municipios marginados en el país.

    Los indicadores de la pobreza en la entidad reflejan un alto grado de rezago: de acuerdo con el Censo poblacional 2010 de Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, hay más de 7 millones 600 mil habitantes y según los datos que maneja el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, el estado tiene a 4 millones 140 mil pobres; el 38 por ciento en pobreza moderada y más del 14 por ciento en pobreza extrema. Una cuarta parte de la población veracruzana no tiene acceso a los servicios de salud; también hay un 25 por ciento en rezago educativo y más del 68 por ciento registran carencia por acceso a la seguridad social.

    Por si fuera poco, un millón 500 mil pobladores de la entidad habita viviendas en condición de hacinamiento y 3 millones de veracruzanos no cuentan con todos los servicios básicos.

    Lo peor es que más de 2 millones 200 mil personas, más del 28 por ciento, enfrentan carencias relacionadas con la alimentación.

    Son datos que reflejan la dimensión de la pobreza en la entidad; a ello se debió la visita del presidente de la República a estas tierras y el relanzamiento de Prospera.

    Sin duda, tener uno de los más grandes padrones de beneficiarios de programas asistenciales no debe ser motivo de orgullo para Veracruz. @luisromero85

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