Jorge Arturo Rodríguez
Tierra de Babel
Aperitivo: Leí por ahí que las inundaciones no se producen porque los ríos crecen, sino porque el país se hunde. ¿Será? Pero si en México no pasa nada…
Hay que andarse a las vivas, porque en una de esas caemos en manos de vaya usted a saber en quién. Lo digo porque ya ni nos enteramos qué onda con nuestro México lindo y querido, sobre todo ahora en el mes de La Patria, esa que cada vez, lo repito de nuevo, ya no estamos seguros pa’ dónde gira, porque sigo viendo un país necesitado de muchas cosas y padeciendo incertidumbre por todos lados. Ya no quedan ganas de gritar ¡Viva México, cabrones!, más bien “¡México, andémonos con cuidado!”
Pero no me voy a poner triste ni andarle a la chillona, como tampoco voy a entrar en un callejón sin salida. La situación se está poniendo color de hormiga. ¿De qué color estamos hablando? ¿O acaso es color camaleónico? Me quedo, por ahora, con lo que escribió Fernando Savater en Ética para Amador:
“Y ahora viene la pregunta del millón: ¿cuál es la mayor gratificación que puede darnos algo en la vida? ¿Cuál es la recompensa más alta que podemos obtener de un esfuerzo, una caricia, una palabra, una música, un conocimiento, una máquina, o de montañas de dinero, del prestigio, de la gloria, del poder, del amor, de la ética o de lo que se te ocurra? Te advierto que la respuesta es tan sencilla que corre el riesgo de decepcionarte: lo máximo que podemos obtener sea de lo que sea es alegría. Todo cuanto lleva a la alegría tiene justificación (al menos desde un punto de vista, aunque no sea absoluto) y todo lo que nos aleja sin remedio de la alegría es un camino equivocado. ¿Qué es la alegría? Un «sí» espontáneo a la vida que nos brota de dentro, a veces cuando menos lo esperamos. Un «sí» a lo que somos, o mejor, a lo que sentimos ser. Quien tiene alegría ya ha recibido el premio máximo y no echa de menos nada; quien no tiene alegría -por sabio, guapo, sano, rico, poderoso, santo, etc., que sea- es un miserable que carece de lo más importante.”
Ahora se tendrán que cambiar los chistecitos y memes como los siguientes:
* Cliente: ¿Es usted abogado penal?
Abogado: Así es.
Cliente: Verá. Tengo una pena enorme. Resulta que…
*Abogado: ¿Cuál es la causa de divorcio?
Esposo: Está allá afuera esperándola en su convertible.
*Tenle cariño a tu abogado. ¡Es el único capaz de defenderte sin creerte!
*Pregunta: ¿Cuál es la diferencia entre un buen abogado y un gran abogado?
Respuesta: Un buen abogado conoce la ley. Un gran abogado conoce al juez.
*Un campesino pasa frente a una lápida que dice: “Aquí yace un abogado, un hombre honrado, un hombre íntegro.” El campesino se persigna y dice asustado: “¡Vaya, enterraron a tres hombres en la misma fosa!”
Pero vaya. Antonio Mingote, en su artículo “El humor y la democracia”, escribió: “Está claro que no pierdo la esperanza, y que si he dicho que estoy a punto de regalarle mi lápiz a un pobre y echarme a llorar, digo también que probablemente el pobre me va a decir que me meta el lápiz donde me quepa y que en vez de llorar me aplique en la medida de mis fuerzas a evitar que haya pobres, y si se les da un lápiz, que sea con pan y jamón a ser posible.”
¿Reímos o lloramos?
Los días y los temas
Bien decía el historiador inglés Lord Acton que el poder tiende a corromper, el poder absoluto corrompe absolutamente. No es necesario repetirlo, mis fans, más ahora en estos tiempos de lucha por el poder mismo. Recuerdo un cuadro de Goya de las llamadas “pinturas negras” titulada “Saturno devorando a su hijo”, el cual quizás nos represente mucho ahora, pos pareciera que somos caníbales. Al respecto, Miguel Calvo Santos apuntó: “La obra se puede ver con diversas lecturas: en una histórico-política, quizás Goya puede estar hablándonos de unos tiempos oscuros en España (Absolutismo, Trienio Liberal, Década Ominosa…) en los que no faltaron los desórdenes sociales, agitación y la represión política. Quizás Saturno represente al monarca Fernando VII devorando a su pueblo, o quizás sea el pueblo devorándose a sí mismo, su futuro.” ¡Glup!
De cinismo y anexas
A propósito, Fabián Isunza escribió que la lucha por el poder, cualquier poder, no necesita de clases sociales antagónicas, de sexos contrarios, sólo de la existencia de dos seres animados.
Ahí se las dejo de tarea. Hasta la próxima.