Enrique Yasser Pompeyo
Mesa de Redacción
Mientras el secretario de Seguridad Pública, Cuauhtémoc Zúñiga Bonilla comparecía ante los diputados y aseguraba que se brindaba seguridad a los veracruzanos, incluidos los periodistas, una reportera fue agredida por un sujeto, presuntamente vinculado a la dependencia, quien minutos antes gritó insultos contra un diputado donde se desarrollaba la comparecencia.
A pesar de que el funcionario estatal negó conocer al individuo que agredió a la periodista, quedan dudas acerca de sus vínculos con la Secretaría de Seguridad Pública.
Aunque hay personajes que tratan de minimizar el hecho, el tema cobra relevancia, primero, porque se generó dentro del Palacio Legislativo, lo que pone en entredicho la seguridad que ahí debería existir.
Surgen otras interrogantes, ¿quién o quiénes enviaron al sujeto a agredir de manera verbal al o a los diputados asistentes?, ¿cuáles eran las verdaderas intenciones?, ¿se intentaba acaso evitar los cuestionamientos a Cuauhtémoc Zúñiga Bonilla?, ¿quiénes son los autores intelectuales del hecho?, ¿hubo más sujetos enviados para tal fin?
Cabe mencionar que para entrar al Palacio Legislativo, los elementos de seguridad les piden a todos los ciudadanos sus datos y el área a donde se dirigen, por lo que en la lista de registro, deben estar los nombres de las personas.
Por lo que se observó, el asunto se salió de control y terminó con la agresión a una representante de los medios de comunicación que cubre la fuente legislativa.
Al final de este sexenio, queda muy mal la Secretaría de Seguridad Pública y Cuauhtémoc Zúñiga Bonilla, pues lo que debió ser una comparecencia seria y responsable, se convirtió en un ejemplo de inseguridad y violencia.
Se esperaría que los responsables del Poder Legislativo den más que un manotazo sobre la mesa y pongan verdadero orden dentro del Palacio de Encanto, pues lo peor que puede ocurrir es que las situaciones que se presenten escalen y ocurra una desgracia.
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