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    Vicente Luna Hernández 

    Para aquellos que en su vida agitada se dan tiempo para estar cerca

    Un día desperté con la idea de “depurar” “desintoxicar” “revisar” la lista de mis contactos en mi teléfono celular, descubrí personas con las cuales había dejado de tener contacto, personas que no tenían tiempo para responder algunos mis mensajes, personas con las cuales tenía tiempo de no hablar, contactos de personas con las cuales no me une ningún afecto y decidí eliminar esos números.

    Descubrí en mi directorio telefónico contactos que “no tienen tiempo” para responder un mensaje o para recibir una llamada, para ser sincero odio la palabra ”No tengo tiempo”, sin embargo, es la frase ideal para aquellos que no tienen interés alguno en tener contacto con determinada persona, ¿para qué guardar el número de esa persona en mi celular?

    Es curioso, tengo un amigo que me dice que no tiene tiempo para recibir una llamada pero todo el día me manda mensajes de todo tipo, es curioso, hay personas que se dicen muy ocupadas pero tienen tiempo para estar pegadas a sus redes sociales, es curioso, hoy se presume de tener amigos o contactos lejanos y se descuidan a los cercanos, ¿en serio ya no hay tiempo para convivir o mantener contacto con los amigos?

    No hay punto de comparación entre mantener un charla a chatear todo el día, soy de los que prefiere el contacto personal, el contacto visual, en cuestión de llamadas, es más saludable escuchar la calidez de una voz al otro lado del teléfono que “conversar” con una persona a través de chatear, estrechar una mano, recibir y dar un abrazo, ver a los ojos a nuestro interlocutor, no tiene precio, es el alimento del alma, en este mundo tan agitado, tan frio, ¿ a quién le hace daño una   buena charla y compartir buenos momentos?

    La realidad es que se cometen muchos delitos a través de los mensajes por teléfono celular, muchas persona son víctimas al creer que platican con alguien que se ha identificado de una manera y la realidad es que es otra persona, esas historias – lamentablemente – son conocidas, el manejo responsable de chatear debe ser prioridad para todos, no hay nada como mantener una charla personal para descubrir o tener idea con quien se está platicando, en estos tiempos de inseguridad cotidiana las precauciones no están de más, ¿quién está libre de caer en una trampa?

    ¿En serio no se tiene tiempo para compartir de manera personal? ¿En serio no se tiene tiempo para hacer o recibir una llamada? ¿Por qué si se tiene tiempo para chatear? ¿En serio no se tiene tiempo para responder un mensaje recibido? La realidad es que no hay interés o esas personas están vacías a pesar de tanto oropel.

    Revisé mi directorio telefónico en mi teléfono celular, dejé los números de aquellos a los que aprecio, aquellos que tienen tiempo para compartir, aquellos que – al igual que yo – reciben con gusto mis mensajes o mis llamadas, tengo en mi directorio los números de amistades con los que he escrito parte de mi historia de vida, amistades de la universidad, con los he compartido proyectos políticos, laborales e historias personales, tengo en mi lista aquellos con los que coincido y aquellos – en el marco del respeto – tenemos divergencias pero nos da gusto compartirlas, ¿ quién no tiene una historia que contar?

    Desde que “limpie” mi teléfono celular lo veo más brillante y pesa menos, es cierto que hay personas toxicas pero descubrí que también hay números tóxicos, hoy mi teléfono solo me da buenos momentos, ¿acaso la vida no es disfrutar solo los buenos momentos? ¿Qué se necesita para disfrutar buenos momentos? Solo voluntad es la respuesta.

    P.D.- Con el ánimo que compartir de manera personal y hacer llamadas a los amigos no pase de moda…Escribiré otro día.