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    Luis Manuel Toto Pólito

    Observatorio
    Raúl Sosa González, el ex alcalde santiagueño que busca la diputación federal por el distrito 19 de los Tuxtlas, pretende impulsarse una vez a base de engaños.
    Después del hartazgo social que generó en su mandado, con la mentira de hacer llegar una universidad que nunca logró, ahora busca hacer creer que construirá un hospital regional, a través de su asociación civil “Despierta Veracruz”.
    No podemos hablar de lo aún no existe, pero si de lo que una vez fue, y por eso retomaremos su propuesta fallida del cacareado instituto superior, y que si llegó, pero como una extensión de un instituto tecnológico, no gracias a él.
    Les cuento, fue una oportunidad educativa, que por desgracia se fue de las manos de jóvenes tuxtecos, quienes confiaron en el ex mandatario.
    La incapacidad de sostener su promesa que parecía a todas luces la mejor de muchas, se convirtió en un engaño para la ciudadanía, que nuevamente podría arrepentirse, si es que logra su cometido el próximo año.
    Raúl Sosa González cuando postulante a la municipal, hace más de 4 años, aseveraba en cada rincón visitado, que esta se trataba de una propuesta que ningún candidato se había atrevido a hacer, y que Santiago Tuxtla tanto necesitaba.
    En base a engaños, relataba que mantenía todas las relaciones con altos funcionarios de México, dando por hecho la llegada de una universidad para que la población de escasos recursos pudiera asistir, hacer una carrera en su propia tierra y como un plus, no gastar en el traslado.
    A expresión de quienes conocen el caso, fue la mentira más grande que puso exponer Sosa González, ya que además promovía trabajos seguros, que los alumnos obtendrían al salir de la universidad. Con esto, Sosa ganó los votos necesarios para el pan y ganar con ello la presidencia municipal.
    Ya como alcalde, ante su desesperación y al observar que no encontró eco en su propuesta, optó por tocar la puerta a la Secretaria de Educación de Veracruz (SEV).
    Ahí solicitó audiencia con el Secretario de Educación Adolfo Mota, quien a su vez llamó al subsecretario Nemesio Dominguez para atenderlo.
    Se cuenta que el funcionario santiagueño, fue a traer a su paisano a la oficina del secretario particular de Adolfo, siendo Nemesio quien lo pasó a la oficina de su jefe inmediato.
    Ahí ante Nemesio, a duras penas, Sosa pudo expresar al Secretario que lo apoyara para crear una universidad en Santiago Tuxtla.
    En respuesta, este aseguró que era imposible, debido a que la matricula no daba ni para poner una escuela de educación superior.
    Mota Hernández como solución, realizó el ofrecimiento de enlazarlo con Denisse Uscanga, Subsecretaría de Educación Superior, para la obtención de posibilidades e inclusive, fue ahí donde nació la propuesta de alguna extensión de un tecnológico, como ocurrió entre Alvarado y Lerdo de Tejada en este año.
    Nemesio fue quien envió directamente a Raúl Sosa con Denisse Uscanga, en respuesta ella le comentó que solamente por ser un caso especial, y por ser la tierra de Neme, le aprobaba una extensión del tecnológico de Nanchital, pero solamente con cuatro carreras técnicas.
    En la propuesta, mucho más facilitada para el ex alcalde, la SEV aseguró que pagaría la plantilla del personal docente, inclusive la institución se instalaría en una escuela que la misma secretaría prestaría en Santiago Tuxtla.
    Si la extensión crecía, Raúl Sosa González debía buscar un terreno apropiado, de unas 5 hectáreas para que posteriormente la dependencia le apoyara con la construcción, el único inconveniente radicaba en la dependencia de la extensión con el tecnológico de Nanchital.
    En ese momento, el ex alcalde se comprometió a ceder el terreno y a poner un autobús para que llevara a los jóvenes a prácticas, allá al instituto tecnológico de la región olmeca veracruzana.
    Sin embargo, el ex alcalde nunca cumplió sus compromisos. Invitó y ofreció muchas cosas a los jóvenes para que se inscribieran. Prometió becas al extranjero, e inclusive que pagaría viajes a Alemania, Inglaterra y España.
    Finalmente solo se inscribieron 38 jóvenes.
    Al paso de los días, los chavos cayeron en cuenta, que lo bosquejado por Sosa González se trataba de mentiras sobre mentiras, en un principio accedió a prestar un autobús para 2 viajes, y después terminó pretextando ya no hacerlo, de esta manera fue como se atrevió a dejarlos solos y a su suerte.
    Los maestros veían como poco a poco la matricula bajaba, hasta que llegó el momento en que ya no se presentó ningún alumno. Ellos tuvieron que regresar a sus lugares de origen.
    Por tal motivo, la escuela se cerró, Raúl Sosa nunca hizo del conocimiento de la SEV lo que sucedió, mucho menos se empeñó en hacerla crecer, quizá porque no quiso enfrentar su responsabilidad.
    Importante mencionar que la extensión del tecnológico se selló en esa época, mas no la supuesta universidad con la que quiso engañar a los jóvenes y a los habitantes del municipio de Santiago Tuxtla.
    Ahora, se repite la historia, mentira tras mentira, el panista quiere concretar su sueño de ser el legislador por los Tuxtlas, con un hospital que no cuenta con bases sólidas, nada en concreto.
    Menos a tomado en cuenta que la cúpula ya concedió el derecho a la mujer en este distrito, y será una la que llegue a ocupar este puesto.
    Al pueblo queda la responsabilidad de acceder o restringirse de apoyar a políticos como Sosa González.
    Datos importantes acerca de Raúl Sosa González y el embrollo de la universidad:
    1) Nunca fue recibido en la Secretaría de Educación Pública en México
    2) Formalmente no manejaba proyectos sustentados, ni siquiera algún estudio de factibilidad y,
    3) Todo fue una propuesta inmaterial, producto de su mente (como ocurre con el hospital que busca construir).

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