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    La cargada siempre me ha dado desconfianza. La cargada me indica un plan trazado, una confabulación, una necesidad inicua de cubrir las lesivas intenciones de alguien en la multitud que se manifiesta a favor de una propuesta. La cargada se asemeja a los manifestantes de los 400 pueblos, sólo que estos mejor pagados y con taparrabos. Es por ello que la cargada, más que dar confianza da desconfianza.
    Una vez que el gobierno de Veracruz entregara la iniciativa de reforma electoral al Congreso, de inmediato se echó a andar la cargada a favor de dicha propuesta. El mismo presidente de la Junta de Coordinación Política, Juan Nicolás Callejas Arroyo, quien hasta hace unos días se encontraba convaleciente en cama, se levantó, como Lázaro de su tumba, y lo primero que hizo fue manifestarse a favor de esta iniciativa, señalando que la iniciativa de reforma electoral que entregara el gobernador al Congreso coincidía con la que otros partidos políticos habían entregado con antelación.
    Por su parte Marilda Rodríguez, titular del Instituto Veracruzano de Desarrollo Municipal, preparó un documento en donde los alcaldes firmantes se declaran a favor de dicha iniciativa. De los 212 alcaldes de Veracruz 140 firmaron ese documento; ¿si esto no es cargada, entonces no sé qué lo puede ser?
    Por su parte Julen Rementería del Puerto, quien últimamente ha mostrado una fuerte inclinación hacía el gobierno, explicó en entrevista que, a pesar de no conocer la iniciativa de reforma electoral enviada por Javier Duarte, pues hasta ese momento no la había leído, su partido estaba a favor de ésta, pues al según coincidía con las propuestas que con anterioridad el PAN había hecho.
    Pero el colmo fue mandar en la cargada a Sergio Rodríguez, uno de los sujetos más rastreros y nefastos de la política de Veracruz, quien recientemente fue señalado por la periodista Claudia Guerrero, de recibir maletas de dinero de parte del gobierno de Javier Duarte. Este sujeto que en algún momento fue presidente del PRD rojo en Veracruz, empleado de la secretaría de Gobierno, asegura que los tres Yunes quieren una gubernatura de seis años, porque dos años no alcanzan para tranzar. Textualmente dijo: “El estar molestos los Yunes, obedece a que quieren un gobierno de seis años para tranzar, para recuperar el dinero que andan gastando en precampañas y no quieren servir al pueblo. Ahora resulta que ya no ven bien al gobernador, que ya no defienden el proyecto de éstos”. Un sujeto sin calidad moral como ese sólo puede repetir las palabras que sus jefes le ponen en la boca, es decir, lo dicho por Sergio Rodríguez, es el pensamiento que emerge de las cloacas de Palacio de Gobierno.
    De los tres aspirantes a la gubernatura de seis años el más prudente ha sido Pepe Yunes. El senador en conferencia de prensa manifestó estar en contra de dicha iniciativa, la rechaza pero confía en la autonomía de los diputados en el Congreso de Veracruz. Sin embargo mandó un mensaje que pocos, muy pocos advirtieron: “de todo corazón deseo que los cálculos no les fallen, que las cuentas las tengan claras para poder alcanzar ese objetivo, para quien lo promueve”.
    Mientras el senador José Yunes Zorrilla daba a conocer su postura, el gobernador desayunaba con un grupo de políticos que abiertamente se han manifestado a favor de la candidatura de Pepe Yunes. Por cierto, Javier Duarte había mostrado su desaire a este grupo político, pues en las anteriores ocasiones que había sido invitado a sus reuniones, el gobernador siempre tuvo cosas más importantes que hacer y por eso no había asistido.
    En ese desayuno Javier Duarte les quiso regalar los oídos alabando, no sólo la relevancia de ellos como actores políticos, sino además habló de los jóvenes que aspiran a la gubernatura. Duarte sobó espaldas, sabedor de que por la espalda fue asestado el golpe. El pacto Javier Duarte/Pepe Yunes ya es cosa del pasado. A pesar de que el gobernador dijera que la iniciativa no lleva dedicatoria para nadie, es claro que el que sale más afectado es el senador Yunes Zorrilla.
    Un detalle de esa reunión llama la atención. De acuerdo con la crónica que de ese evento hiciera el periodista Arturo Reyes Isidoro en su columna Prosa Aprisa, al momento de llegar a la reunión en casa de Carlos Brito, el gobernador encontró a Gonzalo Morgado y en un lapsus de lucidez y gracia le dio su más “sentido pésame”. Es decir, el gobernador llegó a la casa del difunto haciendo bromas sobre ahorcados.

    Postdata 1: “El juego no se acaba hasta que se termina”.
    Por supuesto ni Pepe Yunes ni Héctor Yunes se van a quedar con los brazos cruzados y ya se andan moviendo en la capital del país. Habrán de cabildear mucho, aunque no les cabe duda de que si la iniciativa de reforma electoral se presentó al Congreso de Veracruz fue porque tenía la bendición del presidente Peña Nieto, quien ya no ve lo duro sino lo tupido. Deben andar buscando a alguien cercano al presidente que le refiera lo que está a punto de desatarse en Veracruz. Como dijera el legendario Yogi Berra, “el juego no se acaba hasta que se termina”.

     

    Postdata 2: Los apasionados…
    Claro que nos apasiona mirar la película del momento político en Veracruz. Cuando uno va a al cine no puede sustraerse de lo que ocurre en la pantalla. Es por eso que la política apasiona. Es más, en una película uno hasta adelanta posibles finales. Ahí les va uno: Qué sucedería si ante la “porfía”, como dijera Héctor Yunes, de sacar la gubernatura de dos años, los tres Yunes se unieran en un solo bloque, con un cometido común. ¿A poco no la película se pondría más interesante?

    aortiz52@hotmail.com

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