Crisis y escándalos

Ricardo Vázquez Salazar

Esfera Política

Desde el umbral se presagiaba que sería imposible llegar a pensar que manejar un camión y conducir una nación sería lo mismo. Venezuela sufre la escasez de casi un tercio de los bienes básicos, una inflación del 64% en 2014 y recesión económica, provocada en parte por una sequía de divisas que desde 2013 viene limitando las importaciones esenciales. El representante de los empresarios, presidente de Fedecámaras, Jorge Roig, afirmó que al país sólo le quedan «40 días de abastecimiento de productos básicos». Nicolás Maduro nunca ha podido conducir su país; no pudo evitar que los precios escalaran 56.2% desde el 2013. El líder opositor Leopoldo López este miércoles 18 de febrero cumple un año de permanecer encarcelado, sujeto a toda clase de torturas.

En Argentina, el fiscal Gerardo Pollicita, solicitó que se investigue a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner por un presunto delito de encubrimiento, reavivando así la denuncia hecha hace un mes por Alberto Nisman, quien fue asesinado de un disparo en la cabeza el pasado 18 de enero en su domicilio. En su denuncia, Nisman, fiscal especial de la causa por el atentado contra la mutua judía AMIA que dejó 85 muertos en 1994, acusa a la presidenta, al canciller Héctor Timerma, y a varios dirigentes vinculados al oficialismo de orquestar un plan para encubrir a los sospechosos iraníes del atentado a cambio de intensificar las relaciones comerciales.

México también sigue siendo noticia internacional, y no precisamente buena. No escapa a los escándalos políticos, a la crisis de confianza en las instituciones, al trance de inseguridad que fluctúa una y otra vez, a la baja y a la alza en varias entidades; a la desigualdad social, con una economía cada día más polarizada.

El Obispo de Saltillo, Raúl Vera, puso el dedo en la llaga al señalar que nuestro país “tiene un gobierno corrupto, un gobierno que todo lo tiene en la impunidad y gobernado por un montón de pillos voraces que solo quieren hacer negocios”, al asistir como invitado de honor a la celebración -el sábado pasado- de los 20 años del albergue Las Patronas, parador atendido por un grupo de mujeres que brindan auxilio a los migrantes centroamericanos que pasan por Veracruz, al proporcionarles alimentos, agua y atención médica.

Lo señalado por el sacerdote Raúl Vera lo hizo en Veracruz, quizá como ejemplo; el prelado sabía en qué tierra se encontraba; donde es comentado ampliamente entre la población como un verdadero escándalo el saqueo descomunal por parte de funcionarios; el enriquecimiento ilícito de actores políticos.

Desde la pasada y en la actual administración estatal, entre vecinos y esforzados empleados de gobierno son testigos, conocen de personajes que al inicio de la “fidelidad” habitaban una vivienda de interés social y se transportaban en servicio urbano, o en un desvencijado “vocho”; hoy son poseedores de ostentosas residencias, se mueven en lujosos vehículos, han establecido negocios particulares de todo tipo, son prósperos empresarios; todo producto del exagerado atraco a las arcas estatales; lo que ha contribuido a que Veracruz sea de las entidades con mayor deuda pública y con demasiados rezagos.

No es necesario ser secretario de despacho ni director de área para enriquecerse ilícitamente; cualquiera que tenga acceso a los recursos, hasta un simple secretario particular de un funcionario de medio pelo se han hecho millonarios.

Como nunca antes en la historia de Veracruz, el saqueo ha sido tan descomunal que no hay límites; la impunidad lo permite. El abuso de recursos es tan basto que hoy se dan el lujo de financiar holgadamente una campaña política.

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