Luis Alberto Romero
Hora Cero
Hace seis meses entró en vigor un decreto para impedir la importación de calzado, problema que representaba pérdidas anuales para los productores nacionales por casi 18 mil millones de dólares.
La entrada al país de zapatos de origen chino aumentó exponencialmente en la última década; sólo en 2013, a México llegaron 43 millones de pares, lo que puso en jaque a la industria nacional, por lo que dicho sector exigió al gobierno federal la imposición de cuotas compensatorias. Debido a ello, en agosto del año pasado, la Secretaría de Economía publicó un decreto que establece aranceles del 30 por ciento, a fin de proteger a las 579 mil familias que dependen de esta actividad en el país.
Esas medidas de protección a la industria nacional generaron buenas expectativas para 2015, año en el que se espera un aumento en la producción para llegar a 255 millones de pares de zapatos.
El 70 por ciento del calzado que requieren los mexicanos se produce en León, Guanajuato, y aunque existen otros puntos donde se elabora este producto, todavía es muy alta la importación, dado que un par de zapatos chinos tiene un precio en el mercado que no llega ni al 50 por ciento de su costo de producción.
En Veracruz, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, 348 pequeñas empresas, en su mayoría negocios familiares de Naolinco de Victoria, se dedican a la industria del calzado; sólo existen 24 mayoristas; y todos ellos, así como las familias que se dedican a este giro, enfrentan problemas comunes: desorganización, falta de capital, competencia desleal y altos costos de las materias primas.
El calzado de Naolinco es un producto regional que por la falta de calidad de sus acabados no ha logrado despuntar ni posicionarse en el marcado nacional; es una actividad de subsistencia que, ante la falta de suficientes apoyos oficiales, no genera riqueza para los productores.
En los últimos tres sexenios se han registrado esfuerzos para elevar la competitividad de la industria zapatera veracruzana, que tiene 15 décadas de tradición; a pesar de ello, los apoyos no incluyen esquemas para la reducción de los costos de producción, ni para la creación de una marca reconocida. Por otro lado, el intento por promover el uso de calzado de Naolinco en las escuelas públicas del estado no ha pasado de buenas intenciones. @luisromero85
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