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    Paco Contreras

    Mujeres que Saben Latín
    Con el tiempo y el trabajo organizado de las mujeres se ha logrado tener avances con relación a sus derechos. Los hombres también nos hemos visto beneficiados de esto, sin embargo, nos ha faltado involucrarnos de manera participativa para alcanzar la igualdad entre mujeres y hombres. Este involucramiento tiene que ver con las construcciones del género que aprendemos mujeres y hombres.
    Dialogando con otros hombres interesados en las temáticas relacionadas al género, coincidimos en la profunda necesidad de crear estructuras que nos permitan desarrollar acciones que busquen generar una agenda exclusiva para los hombres y que permita nuestra participación en la lucha por la igualdad de derechos. Siempre me ha parecido muy interesante y motivante pensar en la utopía de vivir en un mundo libre de violencia, donde la igualdad sea una realidad.
    La tarea no es simple. A partir del trabajo que realizamos al reflexionar sobre las masculinidades, nos damos cuenta que muchos de los compañeros varones no hemos logrado incorporar los elementos de la lucha de las mujeres en la búsqueda de la igualdad. Ahí es cuando la labor se renueva, convencidos de ampliar los alcances de nuestro trabajo tenemos que reconocer que sólo entre hombres podemos generar estos cambios.
    Este planteamiento no trata de replicar la exclusión de las mujeres y alejarlas, sin embargo, se trata de comprender que las compañeras tienen su agenda propia y con avances sustanciales de los cuales tenemos que aprender y seguir parte del camino que ya han recorrido con éxito, reconociendo las dificultades que eso implica, ya que muchos de nosotros seguimos queriendo mantener lejos de nuestras vivencias todo aquello que nos acerque a parecernos a las mujeres.
    Considero necesario e invito a cada uno de los varones que sigue esta columna a que haga un ejercicio en el que visualice su contribución para que las mujeres que forman parte de su vida, accedan a la igualdad y sobre todo, para que reflexiones sobre cuáles son las actividades a las que nos podemos sumar, no sólo como una “ayuda”, sino como una forma de responsabilizarnos de las tareas y necesidades que tenemos.
    Involucrarnos para hacer que la igualdad se haga palpable en nuestra vida, seguramente no será fácil para cada uno de nosotros. En lo personal, me sigue costando mucho realizar las actividades domésticas a pesar de saber que es mi responsabilidad y que de no hacerlo todo se complicaría.
    En la primera parte de mi vida tuve excelentes ejemplos que me enseñaron que para lo doméstico siempre había “alguien más” que lo hiciera, incluso aprendí que su realización era una manera sublimada de “demostrar amor”. Actualmente a mi me toca hacerme cargo y hacerlo de una manera amorosa para generar condiciones para un disfrute de un espacio que contribuya a mi desarrollo personal.
    Reflexionar en compañía de otros hombres, reconociendo las diferencias de cada uno de ellos, buscando construir nuevas formas de ejercer la masculinidad ha favorecido encontrar respuestas a muchas interrogantes que hemos planteado en el trabajo del Programa de Hombres Renunciando a su Violencia, siendo este un espacio para hombres que intenta contribuir a la igualdad entre mujeres y hombres.
    Recuerden que cada miércoles sesionamos en las Instalaciones del Centro de Integración Juvenil de Xalapa, que se ubica en las esquinas que forma las avenidas Acueducto y Ruiz Cortines, en la colonia Unidad Magisterial, en la ciudad de Xalapa, Veracruz y que todos están invitados.

    ¡Por los Derechos de las Mujeres!

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