Luis Alberto Romero
Hora Cero
Si existe una zona de la entidad que en cada proceso electoral se complica para el Partido Revolucionario Institucional es el centro del estado, donde Acción Nacional presenta un elevado nivel de competitividad política.
En 2013, por ejemplo, el PAN ganó la elección para diputado local y también la cabecera distrital. Hace dos años, al PRI no le alcanzó el impresionante apoyo que desde el gobierno recibieron sus candidatos, que se quedaron a dos mil votos de la victoria.
Debido a ese nivel de alta competencia política en ese distrito, resulta inexplicable la postulación, por parte del PRI, de un candidato tan débil y gris como Marco Antonio Aguilar Yunes.
En otros distritos electorales, quienes mandan en el tricolor veracruzano no se preocuparon tanto por abanderar a candidatos con una fuerte presencia política y arraigo, sino por influir en la decisión de otros partidos para que la oposición presentara opciones con pocas posibilidades de triunfo. En Córdoba, esa fórmula no funcionó.
En ese distrito, tres precandidatos registraron ante el PAN sus aspiraciones para este proceso, Marisol Arróniz de la Huerta, Lilia Angélica Torres Rodríguez y José Antonio Pérez Vian; al interior del blanquiazul se maneja que las dos primeras, que eran las opciones fuertes, altamente competitivas y con mucho prestigio en la sociedad de esa región, fueron presionadas para dejar el camino libre a Pérez Vian, ex alcalde de Ixtaczoquitlán, quien hubiera sido un adversario a modo para Marco Antonio Aguilar Yunes.
Sin embargo, desde el Comité Ejecutivo Nacional del blanquiazul le cerraron las puertas a José Antonio Pérez, quien fue excluido del proceso interno por no reunir los requisitos de elegibilidad, debido a que en dos ocasiones había sido inhabilitado por la Secretaría de la Función Pública y por ello, impedido para asumir cargos; por si fuera poco, el registro del aspirante no soportó la investigación de Acción Nacional, que detectó que tras su paso por el Ayuntamiento de Ixtaczoquitlán fue acusado por peculado y malversación de fondos.
Como bateador emergente fue llamado Juan Gerardo Perdomo Abella quien, sin la trayectoria empresarial brillante ni el trabajo que respalda a las dos mujeres que renunciaron a la precandidatura por el PAN, tiene lo necesario para contender, con altas posibilidades, y derrotar a un abanderado priísta que, sin acarreos, junta menos gente que un atropellado.
@luisromero85
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