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    Carvallo Delfín

    Luis Manuel Toto Pólito

    Columna Observatorio

    Después de Judas no pudo existir mejor exponente de la traición humana que Víctor Perrotín Hernández, que envuelto en una red de intereses particulares, busca lograr un doble cometido: desestabilizar la campaña de Jorge Carvallo Delfín mediante sus arrebatos inter gremiales, y socavar la corriente presidencial de Manuel Rosendo Pelayo, llevándose entre las patas a su propio hijo Juan Carlos Perrotín Cadena.
    El secretario general de taxistas de la CROC en San Andrés Tuxtla tiene bien mentalizado obtener el mayor beneficio, evidenciando que no le preocupa morder la mano que le da de comer a su cachorro.
    Y es que Víctor Perrotín Hernández, quien funge como secretario general de la CROC se reunió este jueves con el candidato priista a la diputación federal, poniendo de alfombra a dirigentes municipales de su misma organización, y con eso argumentar que estaba listo para apoyar al abanderado tricolor.
    Lo que Carvallo Delfín no sabe, es que Víctor Perrotín pretende dejarlo a su suerte, sin pedir voto a su favor, ya que no cuenta con la simpatía de todos los agremiados, y menos cuando se dedica a querer dividir a grupos ya bien establecidos y organizados.
    Como ejemplo citamos a la CNOP de “Rubén Barrera”, que teniendo bien fundada su directiva ha intentado por todos los medios crearle divisionismo y disputas para acarrear agua a su molino.
    En su hambrienta necesidad de poder, y para inflar sus padrones, se ha atrevido a quitar calcomanías de esta organización y colocar las de CROC, sin autorización de concesionarios.
    Incluso, Víctor Perrotín este mismo jueves se atrevió a hacer fuertes declaraciones en contra de algunos otros líderes que le han hecho contrapeso, señalando directamente a Baltazar Sáenz de la CNOP “Rubén Barrera”, afirmando que este se unió al representante de Asociación de Trabajadores del Volante de los Tuxtlas (ATVT), Jesús Prieto Villegas para sacar a la periferia de San Andrés Tuxtla, a todas las organizaciones de taxis rurales durante el pasado martes 7 de abril, en la intención de desacreditarlo y ponerlo como el malo de la película ante los ojos del candidato a diputado federal Jorge Carvallo Delfín.
    Hasta esos extremos llega Víctor Perrotín Hernández, el padre de Juan Carlos Perrotín Cadena, que sin mediar situación genera un mundo de mentiras, chantajes y manipulaciones creando un caos político mental entre los agremiados que lo ven de cerca.
    Incluso a Manuel Rosendo Pelayo también lo ha traicionado, Perrotín padre cobijó en su agrupación a Gerardo Polito Belli, un joven líder del transporte rural que se ubica en la calle 5 de mayo, y que por cierto es muy cercano a Silvano Torres Xolio.
    Xolio, es el ex panista recientemente convertido a priista para apoyar a Jorge Carvallo Delfín, y quien a su vez se volvió impronunciable en palacio municipal puesto que se sabe, le ha hecho la vida imposible en comunidades a Pelayo.
    Ha ocurrido que Víctor Perrotín Hernández se ha creado una imagen negativa entre varias organizaciones por su pésimo actuar.
    Basta recordar que Víctor Perrotín Hernández ha estado en manos de la ley, y ha pagado lo que ha causado a lo largo de su vida, como cuando fue detenido el 24 de agosto del 2010 por el delito de fraude ( http://enlostuxtlas.blogspot.mx/2010/08/por-millonario-fraude-detienen-lideres.html), y ahora en seguimiento a sus ambiciosos planes, desea obtener el mayor provecho posible atentando contra Carvallo, aprovechándose de él, a quien desea absorber convirtiéndolo en su acólito.
    Además es necesario regresar en el tiempo, y recordar que el que se dice priista de hueso colorado en algún momento asestó tremenda puñalada a Marina Garay Cabada, la actual diputada federal, a quien abandonó ante la necesidad de unir fuerzas para ganar la contienda electoral de ese entonces.
    Pero Perrotín salió huyendo de las fauces de Marina Garay mandándola a Monterrey directo y sin escalas para que fuera a saludar a su mamacita santa, en ese entonces, Marina mantenía una formidable relación con Carvallo y ni por eso la ayudó.
    Quizá vuelva ocurrir nuevamente, pero quizá Carvallo lo sabe muy bien, y aquí podría embonar muy bien el dicho: “lo que se parece se busca”.

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