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    Campañas

    Ricardo Vázquez Salazar

    Esfera Política

    En nuestro país son varios ya los casos de robo a vehículos que transportan material radioactivo de alta peligrosidad para la población.

    ¿Estarán esperando que ocurra una desgracia para tomar cartas en el asunto?

    Desde la óptica que enmarca la cruel realidad de la pisoteada democracia en nuestro país, el proceso electoral que se vive, muestra el cobre de la clase política. A los operadores políticos no les ha quedado otra alternativa más que acudir a la guerra, ya no de lodo -que es poco-, a la guerra de estiércol puro y pestilente. Desde los cuarteles de campaña, de uno y otro bando, hoy se encargan de recordarle a la ciudadanía las “virtudes” y “cualidades” de actores e institutos políticos.

    ¡No tienen madre! o ¡Qué poca madre!, esta vez son los “conmovedores” y “emotivos” mensajes enviados al electorado; arrojados desde una zahúrda a otra, sin exclusiones; para no dejar lugar a especular que la ciudadanía no entiende todo lo que ocurre, que fuera desmemoriada, o sencillamente por ofender la inteligencia del electorado.

    Muestras de un claro retroceso democrático que continúa sucumbiendo irremediablemente ante el hartazgo del electorado.

    No obstante que hoy más que nunca en Veracruz las necesidades y problemas que enfrenta la población son mayúsculos, también en forma desatinada se nota la carencia de propuestas viables y verosímiles por parte de aspirantes a una curul federal. Las circunstancias adversas que se viven se agudizan todavía más, y esto se ve reflejado en la ausencia de candidatos dispuestos a asumir un compromiso; que ante la aniquilada credibilidad, por sus particulares antecedentes, de antemano en electorado tiene presente que no hay posibilidades de cumplimiento en las promesas de campaña.

    El descrédito entre contrincantes es la única opción en la guerra por el poder; en la lucha de intereses personales y de grupo predominan los acuerdos en lo oscurito en aras de satisfacer una ambición personal; entuerto en el que queda excluida por completo la ciudadanía.

    El hartazgo de la población no se limita únicamente al desastre de las arcas públicas, al grado que hoy los empleados se ven obligados a bloquear calles o hacer plantones para cobrar su salario; al atraco desenfrenado de los recursos que estaban destinados a la salud y a la educación de los veracruzanos; a obra pública; a programas sociales y/o productivos para mitigar el hambre de millones de ciudadanos, y a otros rubros; el hartazgo se debe también a que miles de hogares veracruzanos han quedado enlutados, por la inseguridad y la violencia; como también por los negocios criminales que se realizan al interior de los Servicios de Salud. Lo más lamentable es que esto continúa. Siguen los secuestros, las desapariciones y las ejecuciones de gente inocente.

    La época de terror y muerte que comenzó con la administración de Fidel Herrera Beltrán no termina. Está vigente.

    Con toda razón, el presbítero José Manuel Suazo Reyes, vocero de la Arquidiócesis de Xalapa, lanzó una enérgica crítica a la clase política veracruzana al señalar: «Las pasarelas de algunas personalidades públicas parecen más bien una burla para el electorado».

    -Existe una desconfianza generalizada hacia los políticos, debido, entre otras cosas, a las pocas certezas que la gente encuentra en las autoridades, sigue habiendo corrupción de servidores públicos y lo más grave es que pasa un poco de tiempo y se les vuelven a encomendar cargos donde seguramente volverán a hacer lo mismo; es lamentable que la justicia se negocie; no se perciben avances significativos en materia de seguridad… las pasarelas de algunas personalidades públicas, parecen más bien una burla para el electorado.

    -Ha ido creciendo en la mayoría de la población una desconfianza notable hacia los candidatos y partidos, sobre todo cuando se siguen presentando propuestas irreales; la desconfianza alimenta el desaliento, la indiferencia y hasta la agresividad.

    Contundente sin duda el contenido del texto del padre Suazo Reyes.

    ACERTADA PETICIÓN que hace el diputado Uriel Flores Aguayo: que la Cámara de Diputados exhorte a los gobernadores de Puebla y Veracruz a hacer uso de sus atribuciones constitucionales en materia de seguridad pública e instruir a las autoridades competentes de sus estados para que se implementen estrategias que permitan la seguridad y el libre tránsito de los transportistas y usuarios de la Autopista Amozoc-Perote y rutas cercanas.

    Mediante un punto de acuerdo, el legislador federal planteó que en las últimas semanas se han suscitado una serie de asaltos a transportistas y usuarios de la autopista Amozoc-Perote, causando terror entre las familias que han sido víctimas de atracos; en específico en el tramo que une los estados de Veracruz y Puebla.

    rvazquez002@Yahoo.com.mx

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