Ricardo Vázquez Salazar
Esfera Política
Las cosas que continúan sucediendo en Veracruz son para Ripley. En la entidad de mayor riqueza natural: agrícola, pecuaria, pesquera, petróleo y demás bienes; de injustificable pobreza ocasionada por el naufragio de las finanzas públicas. Lo preocupante de esto, es que continúan tomándose decisiones irracionales, que contrastan con las medidas presupuestarias anunciadas para supuestamente tratar de enderezar la nave que se hunde cada día más.
En el Altiplano les llama la atención y es ampliamente comentado, que los grupúsculos como los 400 pueblos de Cesar del Ángel, que se exhiben desde hace más de 15 días en el Distrito Federal, estén exentos del mentado ajuste al gasto público de Veracruz, con tal de apuntalar una “causa” que -no se requiere ser experto en política para diagnosticar- de entrada, ya es infértil.
Más allá del ejercicio del poder, caer en la dominación, e incluso llegar al absolutismo intolerable, genera mayor descontento y conflictos; engendra riesgos, hasta que finalmente la población llega al hastío total, como nos lo revela la historia de la humanidad.
Por un lado la clase gobernante sigue disfrutando de las mieles del poder; canonjías y privilegios de toda especie. Se utilizan recursos económicos de los veracruzanos para nimiedades, como si estuviéramos en jauja. Se celebran eventos múltiples y de diferente tipo, como la llamada olimpiada nacional de los policías, a la par que Tamaulipas arde de nuevo en violencia; en Michoacán y Guerrero no le encuentran la cuadratura; hay ejecuciones en la Huasteca, en el sur y centro de la entidad veracruzana.
Se efectúan eventos en los que todo, absolutamente todo es negocio para los mismos “servidores públicos”: desde la renta de lujosos vehículos para el traslado de invitados o participantes en los eventos; otros hacen negocio de grúas; se consuman negocios criminales con medicamentos falsos; hasta realizar grandes inversiones en China, Brasil y Estados Unidos, a las que ya les siguen el rastro.
Los servidores públicos se transforman en amos o patrones de sus propios negocios, creados al interior del hábitat gubernamental, bajo el amparo del poder.
En contraste, los veracruzanos siguen soportando situaciones tan graves y lastimosas como son las serias deficiencias en los Servicios de Salud. Padres de familia de niños y jóvenes, familiares de enfermos de cáncer, reclaman por el desabasto de medicamentos que se viene dando desde el mes de enero; tienen que hacer plantones pacíficos en el Hospital Regional de Alta Especialidad de Veracruz, para suplicar por el abastecimiento de medicamentos de quimioterapia.
Este miércoles Hugo Zárate Amezcua, director del hospital, negó que haya desabasto de medicamentos para cáncer; pero al siguiente día, Mariana Latapí, presidenta de la Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer, A. C. en Veracruz, confirma que sí existe desabasto.
Las preguntas son:
¿Dónde está el dinero de Gastos Catastróficos del Seguro Popular, que destina la Secretaría de Salud?
Si la razón es que los recursos tan necesarios para los enfermos de cáncer, todavía giran en la “licuadora” financiera y dependen de los negocios que se hacen al interior de los Servicios de Salud de Veracruz. Entonces los veracruzanos, haciendo eco a los spots televisivos, en la cruda realidad y con justificada razón gritan:
¡No tienen madre!
rvazquez002@Yahoo.com.mx
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