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    Gustavo Madero Cesar Camacho

    Mónica Camarena Crespo

    Parque Juárez

    Tanto Gustavo Madero como César Camacho, lideres nacionales del PAN y PRI respectivamente dejarán sus cargos en agosto cuando se conviertan en automático (por aquello de las plurinominales ) en Diputados Federales y coordinadores de sus bancadas en San Lázaro.
    Por ello, es importante revisar el trabajo que realiza cada uno de ellos en las actuales campañas, en donde en varios estados se van a renovar gubernaturas; el reto de uno y otro es mayúsculo, tanto para el futuro de sus partidos, como para sus polémicas trayectorias.
    En el caso de Gustavo Madero, la opción en este año electoral fue de declarar la guerra nuevamente contra los priistas, más aquellos que tienen cola que les pisen, que no son pocos.
    Era lógico que la emprendieran en ese sentido, tomando en cuenta que después de 12 años de gobernar México, el PRI regreso a los Pinos, con toda y su aceitada si, pero desgastada maquinaria electoral.
    El PAN de Madero busca recordarle a la gente las mañas del PRI, sus errores, pero sobre todo la falta de transparencia y permanencia de viejas practicas ligadas a la corrupción.
    El PRI en cambio, como partido en el gobierno se ha mostrado sin gran fuerza a la hora de regresar los ataques del PAN; se percibe un partido sin gran solidez, dividido y vapuleado con las innumerables criticas a partir de los escándalos de la Casa Blanca y las otras casitas.
    El PRI no ha podido remontar esa mala imagen que le impacto a partir de los hechos en Iguala, Guerrero; no ha podido acallar las protestas y la selección de candidatos, continua siendo mas de lo mismo.
    Para colmo, en pleno proceso electoral, se desata una ola de violencia en estados de la República; en varias de estas entidades transcurren con riesgo las campañas políticas y hasta la integridad de los candidatos, algunos ya caídos.
    El PRI aunque presume un porcentaje de triunfos mayor a la del PAN, de acuerdo a algunas encuestas, pretende lograr una mayoría en la cámara de diputados, calificada de antemano como pírrica.
    En estados como Veracruz, el líder nacional del PRI Cesar Camacho, poco ha hecho ante la embestida del PAN; la decisión de impulsar a un experto electoral veracruzano como Fidel Herrera, pero como delegado en Oaxaca, dice mucho de la lejanía política del mexiquense con estas tierras.
    Mientras, Gustavo Madero capitaliza al 100 por ciento su alianza con Miguel Ángel Yunes Linares, quien un día pega y otro también en detrimento de la imagen de la mayoría de los candidatos del PRI.
    En el PAN de Madero valoran tanto a Veracruz, que incluso como aquí se adelanto, le han prometido la vicecoordinación de la bancada azul en San Lázaro a Yunes Linares.
    Gustavo Madero y Cesar Camacho se van a topar a diario a partir de agosto ya enfundados en coordinadores parlamentarios, pero la diferencia será, con cuantos legisladores en cada grupo y de que capacidad de acción después de una desangeladas y grises elecciones 2015. Por lo pronto los pronósticos son reservados para uno y otro.
    Ágora
    Mientras acá, los pronósticos del PRI estatal no son nada buenos, hay preocupación, pero abundan las salpicadera de culpas. Mientras tanto, los excluidos e ignorados, se regocijan y divierten mucho desde lejos.
    @monicamarena

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