Ricardo Vázquez Salazar
Esfera política
En el Congreso de Veracruz, primero cercaron todo el edificio con filosa malla metálica, propio de un campo de concentración, para mantener aislados a los diputados de la “incómoda” y “peligrosa” ciudadanía, la que “representan” y de quien obtienen jugosas percepciones; después obstaculizan la labor de los periodistas al impedirles acercarse a las curules de los legisladores.
¿Qué sigue?
El árbitro electoral, el instituto Nacional Electoral, INE, continúa aplicando multas al partidazo Verde. Lo absurdo de las infracciones es que a quien realmente le hinca el diente el INE es a la población, quien en este caso paga las multas.
¿Qué el INE no podrá inventar otro tipo de sanción?
Porque los del Verde se ríen de esto.
El índice de precios y cotizaciones del mercado de votos electorales se disparó el pasado viernes en la geografía veracruzana, a raíz de la inasistencia a los correspondientes debates, de los candidatos tricolores por los distritos de Xalapa: Urbano, Elizabeth Morales y Adolfo Mota por el Rural. En las colonias de estos distritos, como en otros, ya se habla de un encarecimiento de sufragios, se cotizan de dos mil pesos en adelante, en efe o en especie, lo cual no representa ningún problema porque para eso –para la compra de votos- hay en abundancia. Lo malo es que quien también absorbe el gasto es la misma ciudadanía.
A poco menos de tres semanas de celebrarse las elecciones federales, el hartazgo del electorado está desbordado. Las campañas publicitarias han tenido un efecto adverso, en que el electorado se siente ofendido por la serie de sandeces que anuncian institutos políticos y aspirantes a una curul.
Los candidatos no levantaron, ni levantarán, del color que sea. Políticos sin ninguna posibilidad de triunfo que se alquilaron como candidatos de oposición, a modo para el tricolor, anuncian promesas que causan risa, como si fueran cuentos de comediante de televisión. Todo esto ha provocado que en las redes sociales se expresen los más sensatos y ofensivos adjetivos hacia cualquier partido.
En Veracruz, antes de pensar en participar en el proceso electoral, la ciudadanía permanece sumamente acongojada, soportando y en espera de que pronto termine la terrible ola de progresiva violencia que se ha apoderado de la entidad. Que el escandaloso saqueo y la descarada ostentación de enriquecimiento ilícito por parte de funcionarios estatales –algunos de estos hoy candidatos a legisladores federales- sea una práctica erradicada; se castigue a quienes han provocado el debacle financiero que ha causado demasiado daño a los veracruzanos.
Antonio Portilla Vázquez, auditor general del Órgano de Fiscalización Superior, ORFIS, indica que en el proceso de auditoría a los recursos federales de Veracruz correspondientes al ejercicio fiscal del 2013, el ORFIS ni ocultó nada ni fue omiso, que las inconsistencias fueron solventadas, como lo declaró a Javier Salas del portal Alcalorpolitico.com.
En otras palabras, “aquí no ha pasado nada” dice Portilla.
Entonces la ciudadanía se pregunta: ¿cómo es que la Auditoría Superior de la Federación, ASF, tiene señalamientos de irregularidades por más de seis mil millones de pesos a Veracruz en los rubros de infraestructura, educación y salud? En el Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud, FASSA; Fondo de Aportaciones para la Educación Básica y Normal, FAEB; Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de las Entidades Federativas, FAFEF; Fondo de Aportaciones Múltiples, FAM; Fondo para la Infraestructura Social Estatal, FISE, y el FONREGION.
El semanario católico Desde la Fe, que edita la Arquidiócesis Primada de México, en su editorial titulado “Un jugoso negocio”, afirmó este domingo entre muchas otras cosas: “No obstante la especialización de legislaciones, es más la maldad de contendientes por encontrar resquicios, empoderarse indecentemente y violar la ley defenestrando a los electores, considerados como objetos negociables, prescindibles, de fácil uso para la consecución de su voracidad desmedida.
México sufre una herida supurante y no hay medicina para lograr la pronta recuperación. Llegamos a la jornada electoral de junio ante la vergonzosa realidad del nepotismo, parejas imperiales, familias que viven como magnates a costa de los cargos de representación popular y por el cobijo de partidos solapadores de mafias; usan los puestos para fincar reinos monolíticos, incapaces de ceder un centímetro del poder acumulado por las complicidades y corrupción de las estructuras”.
Irrebatible sin duda el editorial del semanario.
El hartazgo electoral y el descontento de los veracruzanos son generalizados. Van a la alza.
rvazquez002@yahoo.com.mx
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