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    Crisis

     

     

    Luis Alberto Romero

    Hora Cero

     

    Hace casi dos años y medio,  en diciembre de 2012, la firma calificadora Fitch Ratings generaba expectativas alentadoras para la entidad veracruzana al subir la valoración del estado hasta el nivel máximo de AA(mex), el más alto alcanzado por un estado del país. La calificación que le fue otorgada a Veracruz por dicha firma ubicaba a la entidad como un ejemplo nacional, ya que se alcanzó la mayor calidad en términos crediticios. Veracruz había reestructurado sus pagos; el monto superó los cuatro mil 800 millones de pesos y ello, de acuerdo con la agencia calificadora, generó confianza entre los inversores. En la prensa nacional se mostraba al entonces secretario de Finanzas del gobierno del estado, Tomás Ruiz González, como el genio financiero que atrajo a la entidad recursos frescos que permitirían una mejor operación. La colocación de esos bonos en la Bolsa Mexicana de Valores fue la más alta registrada por un estado del país durante 2012; tres grupos financieros, Banamex, Bancomer y Banorte, se apuntaron en ese proyecto, que no representaba una deuda nueva, sino la reestructuración de los créditos ya existentes, se dijo en su momento. Cuatro años antes de ese movimiento en la Bolsa Mexicana de Valores, Veracruz había incursionado en el mercado bursátil, al colocar más de mil 200 millones de pesos a un plazo de 28 años, en una transacción que involucró a 198 de los 212 ayuntamientos de la entidad. Sólo 14 municipios, en los que los alcaldes veían con desconfianza las cuentas alegres y las bondades de dicho esquema, se mantuvieron al margen y prefirieron no comprometer sus recursos futuros. Algo, sin embargo, salió mal en el camino porque si para 2012 la deuda llegó a 31 mil 800 millones de pesos, en poco más de dos años, la cifra reconocida por el gobierno del estado aumentó en 10 mil millones de pesos para casi alcanzar los 42 mil millones, sin contar con los pasivos cuyo pago cotidianamente demandan los empresarios, constructores y, en general, proveedores del gobierno de la entidad. Hoy, la calificación de Fitch Ratings para Veracruz es de BBB(mex) con perspectiva crediticia estable, luego de que tras altibajos en la evaluación, en septiembre del año pasado la calificación volvió a subir tras comprobar la puntualidad en los pagos y la inversión pública y privada registrada durante 2013. De acuerdo con la propia calificadora, para este 2015 se espera que el nivel de la deuda pública aumente entre 10 y 15 por ciento, 5 veces más que el ritmo de crecimiento del Producto Interno Bruto. El punto es que mientras Veracruz siga pagando puntualmente su deuda, la calificación crediticia no disminuirá y seguirá considerándose estable; lo peor es que con ese nivel de endeudamiento y con un alto porcentaje de participaciones comprometidas, la obra pública seguirá como un tema pendiente.

     

    @luisromero85

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