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    Álvaro Belin Andrade

    Hora Libre

    Este jueves –y hasta que cierren las urnas el próximo domingo– prevalecerá el silencio electoral. Al menos legalmente, las campañas políticas para diputados federales tendrán apagado el volumen mediático y los candidatos no podrán siquiera aparecerse en público.
    Es momento, entonces, de pensar en otros comicios: los que a partir del lunes, una vez concluida la votación, empezarán a cobrar mayor interés para Veracruz.
    El lunes 8 de junio comenzará la cuenta regresiva para la sucesión gubernamental, y algunos de los que se expusieron al escrutinio ciudadano en los comicios del día previo sacarán al tendedero público los resultados obtenidos con el fin de colocarse como posibles tiradores a la ansiada candidatura a Gobernador por dos años.
    No serán los únicos y, mucho menos, los más avanzados en una batalla que, en el caso del Partido Revolucionario Institucional, tendrá como escenario dos opciones claras: el de la continuidad de un proyecto de dominio que ha dejado exangües a Veracruz y a los veracruzanos, liderado por el exgobernador Fidel Herrera Beltrán, y el de la ruptura de ese cacicazgo, bajo la decisión del presidente Enrique Peña Nieto.
    ¿Quién decidirá al candidato priista al Gobierno de Veracruz para los comicios de 2016? De ninguna manera el gobernador Javier Duarte de Ochoa quien, como está dejando las cosas en la entidad en todos los ámbitos, no tendrá siquiera el derecho de veto.
    Mientras ocuparon los panistas la Presidencia de la República, durante 12 años los gobernadores priistas fueron amos y señores de sus territorios. La dirigencia nacional del PRI tenía que doblar las manos ante las decisiones tomadas para el caso de la sucesión local, mientras los panistas estaban ocupados en sus propios asuntos.
    Ahora que el PRI ha recuperado la Presidencia de la República, es claro que como antaño quien tendrá la voz cantante es el jefe del Ejecutivo federal, como lo ha hecho este año en los casos de los nueve estados en que hay elecciones de Gobernador, aunque el CEN del PRI haya hecho creer que las decisiones se basaron en encuestas de popularidad.
    ¿Quién podría estar en la preferencia de Enrique Peña Nieto para Veracruz el próximo año?

    Erick, Alberto, Jorge… ¿los jinetes del Apocalipsis?

    Aunque no podemos asegurar que obtendrán el triunfo y llegarán al Palacio Legislativo de San Lázaro, tres jinetes del Apocalipsis buscan formarse en la fila de los elegibles, como parte del equipo formado por Fidel Herrera Beltrán para su proyecto transexenal: Erick Lagos Hernández, Alberto Silva Ramos y Jorge Carvallo Delfín.
    Aunque los tres tienen antecedentes de manejar en su provecho oficinas públicas para proyectarse en el ámbito estatal y han tenido oportunidad de atender otros cargos de elección popular, lo realmente cierto es que nunca han tenido un proyecto político propio ni cuentan con relaciones en el altiplano que les permita cobijar una mínima esperanza de que sean considerados como piezas importantes para el futuro de Veracruz.
    Para más señas, los tres han estado ligados con las administraciones estatales de Fidel Herrera y Javier Duarte, cumpliendo ofuscadamente con un proyecto que ha hundido a la entidad en el atraso, la bancarrota, la corrupción y la impunidad, sin que se les haya caído la cara de vergüenza.
    Ya sabemos que Fidel Herrera Beltrán buscó afanosamente la derrota de Peña Nieto, porque con una presidencia panista las cosas hubieran sido miel sobre hojuelas para definir a quién de los tres (o uno diferente) podría postular para mantener su nefasto poder en las decisiones estatales.
    El problema es que todos los chiquillos de la Fidelidad están marcados de por vida, de manera que aunque ganen con holgura los comicios del domingo 6 de junio (dinero de por medio), difícilmente tendrán mayor futuro político, al menos en lo que al Gobierno del Estado se refiere.

    Pepe vuela; Héctor se desploma

    Los senadores priistas José Francisco Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa, en ese orden, son los más aventajados para lograr la candidatura priista, no solo porque se han movido con mucha frecuencia por la entidad, se han identificado con líderes, grupos y organizaciones locales y hace años que tejen sus propios proyectos políticos, sino también porque han sabido fortalecer vínculos con los dirigentes priistas en el ámbito nacional.
    Un continuado desliz, sin embargo, ha hecho caer estrepitosamente a Héctor Yunes Landa. Su súbita, sorpresiva, alineación con el gobernador Javier Duarte y con Fidel Herrera Beltrán, en una desafortunada maniobra para poder moverse sin golpeteos, obtener apoyos institucionales y colocar a miembros de su equipo en el gabinete, le han hecho obtener a pulso la animadversión de importantes sectores del priismo y de la población, decididos a romper con el Fidelato.
    Una mala lectura de esas alianzas, que lo han llevado a apoyar con notoriedad a Javier Herrera Borunda, candidato a diputado plurinominal del Partido Verde, y a la candidata por Boca del Río, Carolina Gudiño Corro (por quien muere en la raya el exgobernador), han hecho que deje el camino en solitario a su compañero de cámara, José Yunes, quien ha mantenido la línea de confrontación con el proyecto que mantiene a Veracruz en el más ominoso atraso.
    Mientras Héctor se desploma, Pepe Yunes se ha convertido en el seguro próximo candidato.
    El peroteño, quien ya ha sido alcalde, diputado local y dos veces diputado federal, antes de ser Senador de la República, no solo ha manifestado públicamente su interés por gobernar Veracruz aún en el escenario de permanecer solo dos años en el inmueble de Enríquez; también ha mantenido un discurso duro contra las maniobras fraudulentas que se han multiplicado en este gobierno contra las finanzas públicas y ha externado su voluntad de llevar a juicio y, eventualmente, a la cárcel, a los funcionarios que hubieran estado involucrados en malos manejos de la hacienda estatal.
    Presidente de la Comisión de Hacienda del Senado, José Yunes Zorrilla ha sido muy activo en la consecución de recursos para diversos proyectos productivos y de infraestructura en diversos municipios del estado, ha logrado reunir en torno suyo a un equipo fuerte de gente experta y su asunción al Palacio de Gobierno significaría la realización de acciones fuertes e inmediatas para tratar de allanar el camino a Veracruz de un rezago de al menos dos décadas.

    ¿Qué requiere Peña Nieto en Veracruz?

    Para el presidente Enrique Peña Nieto, Veracruz es una materia pendiente. Durante sus casi tres años de gobierno no ha logrado ver las condiciones para destinar los recursos que necesita para mejorar la seguridad pública y levantar la infraestructura de comunicaciones y servicios que requieren las reformas estructurales, sobre todo la energética.
    Si bien ha avanzado en materia portuaria, lo cierto es que destinar a Veracruz pingües recursos no es garantía de nada, por el apetito voraz con que los funcionarios estatales reciben los recursos de la Federación para destinarlos a todo menos a lo que está etiquetado.
    Pese a que la baja en los precios internacionales del petróleo ha postergado las inversiones en esa industria, lo cierto es que Veracruz está llamado a ser un área importante de oportunidad para el éxito de su proyecto económico. Sin embargo, el deterioro de las comunicaciones, la grave inseguridad que prevalece y la escandalosa corrupción del gobierno estatal se han convertido en enormes obstáculos para atraer inversión extranjera directa.
    Si consideramos que Peña Nieto necesita un gobernador que le garantice las mejores condiciones para levantar a la entidad, ya podremos observar quién es el indicado.
    Por supuesto, ninguno de los prospectos ligados al duartismo y, por extensión, al proyecto transexenal de Fidel Herrera, incluido el senador Héctor Yunes Landa (en abierta luna de miel de su matrimonio por conveniencia), entraría en el esquema del gobierno federal.
    Por lo demás, aunque hay algunos veracruzanos con influencia dentro de su gabinete, como el subsecretario de Hacienda Fernando Aportela Rodríguez y el director del IMSS José Antonio González Anaya, ninguno le puede garantizar, dado el desconocimiento que de ellos hay entre la población veracruzana, el triunfo en unos comicios que se antojan demasiado competidos el año próximo, ante la posibilidad de que el PAN postule a Miguel Ángel Yunes Linares.
    De ahí que el más indicado para contar con el apoyo del Presidente de la República sea el senador José Francisco Yunes Zorrilla, quien se ha movido con mucha seguridad y contundencia en los últimos meses y a quien ya veremos con enorme fuerza a partir de que se salde la elección intermedia. Al tiempo.

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