Destacado

    Libro Infantil y Juvenil Xalapa
    Claudia Constantino

    Crónicas urgentes

    Ayer desde temprano, y hasta cerca del mediodía, las calles de Xalapa lucieron desiertas. De no ser por los automóviles de modelos recientes, uno tenía la sensación de que había retrocedido en el tiempo o de que la ciudad se encontraba en animación suspendida. Una atmósfera onírica se disfrutaba: el sol resplandeciente, todo en calma, casi ningún transeúnte, las casas antiguas con sus tejas color carmesí, sus placitas, sus calles empinadas, que sin autos son un primor.
    Desacostumbrados como estamos los habitantes de esta capital a tal paz, sentí un extraño desasosiego; corrí a buscar la aglomeración acostumbrada, el bullicio, la dificultad para transitar. Así que subí Carrillo Puerto, doblé en Juárez y enfilé al colegio Preparatorio, que se ubica dos calles adelante.
    Ahí estaban muchos, sentados en las sillas dispuestas bajo las carpas frente al grand suport que sirve de escenario, donde se presentan mini obras de teatro, bandas locales, performances, bailarines y demás eventos artísticos. Unos en bermudas; varios en playera de verano; las señoras con grandes abanicos se soplaban para evitar el calor; los niños comiendo algo mientras esperan la siguiente presentación.
    Estos xalapeños en su mayoría no tienen suficiente dinero para ir de vacaciones; no pueden correr a las playas, visitar los pueblos mágicos ni recorrer las ciudades más promocionadas de México por SECTUR, pero lo que sí tienen a la mano es a la XXVI Feria Nacional del Libro Infantil y Juvenil Xalapa 2015.
    Es verdad que no llegó Alberto Chimal, que dijo estar lastimado de la rodilla y no poder hacer el viaje, a pesar de estar en el programa. Tampoco pudimos ver a Mario Bellatín, autor de Jacobo Reloaded, que venía para hablar con Víctor Hugo Vázquez Rentería, el director del Ágora de la Ciudad y buen maestro de literatura de la Facultad de Letras de la Universidad Veracruzana, quien acabó comentando dicho libro, muy bien por cierto, en solitario. Pero eso sólo lo notan los detractores del Director del IVEC, Rodolfo Mendoza Rosendo, quien hace milagros para conseguir recursos federales que permitan mantener sus ferias y festivales. También lo notaron los periodistas a la espera de las figuras, para realizar sus entrevistas atractivas. Pero los cientos de familias en el patio central, no.
    Los stands muestran las novedades y promueven sus ofertas; los pequeños entran y salen de la casa del cuento donde leen al cobijo de la misma atractiva escenografía del año pasado. Es verdad, se ve que sostener la feria ha sido casi una victoria pírrica; que no hubo sorpresas; ni personajes de la literatura de gran fama; pero no se perdió, pero sigue ahí, ofertando libros, fomentando la lectura, dando foro a los artistas locales y ofreciendo entretenimiento a la ciudad.
    Las vacaciones en la feria no son cosa menor. Son una posibilidad de acercarse a los libros y a algunos de sus creadores. Son un escaparate de talento y sana convivencia. Sus talleres bordan sueños de arte. Sus voluntarios son jóvenes xalapeños enamorados de la literatura, de sus artistas, de sus estéticos espacios, de la tradición cultural de su ciudad. Las vacaciones en la Feria son armonía, ilusiones, cultura, pero sobre todo son un esfuerzo de la comunidad para la comunidad, y eso siempre es de aplaudirse.
    Cualquier comentario para esta columna, que se escribe desde la Feria, a:
    aerodita_constantino@hotmail.es

    Hacer Comentario