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    Inseguridad

    Brenda Caballero
    Números Rojos

    Era el mediodía del martes cuando la esposa de un amigo se dirigía a su automóvil estacionado en la calle Azueta, calle céntrica de la capital Xalapa.
    De repente, dos sujetos la alcanzan y le ponen un objeto por la espalda mientras le dicen que es un asalto.
    Todo sucede tan rápido que no identifica si es un arma de fuego o una blanca. La avientan hacia una pared mientras empiezan a manosearla; ante su resistencia, le dan una cachetada y acto seguido empiezan a despojarla de varias de sus pertenencias así como de la cartera.
    Como puede, logra zafarse para salir corriendo y pedir ayuda.
    ¿La policía? Bien gracias, nadie vio nada.
    Déjeme comentarle que éste no es un hecho aislado. Continuamente en el centro de Xalapa se suscitan atracos y no necesariamente por varones.
    Hace un par de semanas platicaba con una señora en el banco, la cual también me comentó que le habían robado, aunque no con violencia. En su caso fueron dos mujeres en la calle de Lucio, cerca del Chedraui. Recuerda que una se tropezó con ella, mientras la otra sacó de su bolsa la cartera.
    Pero los robos no son exclusivos de la capital, se dan en todo el estado de Veracruz, como por ejemplo en Misantla, donde me cuentan que los robos en casa están floreciendo.
    Por desgracia, si los agarran, los sueltan luego, ya que son menores de edad.
    Recordemos que el robo o atraco en la calle ocupa el segundo lugar en Veracruz como uno de los delitos más frecuentes, según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe) y que desgraciadamente estos hechos forman parte de la cifra negra (delitos no denunciados).
    Pero ¿Por qué no denunciamos un delito, si lo recomendable es hacerlo?
    Entre las razones para no denunciar el delito ante la autoridad, las víctimas coinciden con las cifras nacionales de la Envipe, ya que consideran el ir a denunciar como una pérdida de tiempo (32.2 por ciento) aunque no faltan los que desconfían de las autoridades (16.8 por ciento), dentro de las causas atribuibles a la autoridad.
    Del total de averiguaciones previas iniciadas por el Ministerio Público, en el 53.8 por ciento de los casos no pasó nada o no se resolvió la denuncia. Este porcentaje implica un incremento con respecto a la estimación del año 2013.
    ¿Y qué es lo que más le preocupa a todos los mexicanos, según la Envipe 2015?
    En primer lugar, la inseguridad (58 por ciento), el desempleo (44.1 por ciento), el aumento de precios (33.2 por ciento), la pobreza (31.1 por ciento), la salud (28.6 por ciento), la corrupción (28.5 por ciento), la educación (22.7 por ciento), la impunidad (17.7 por ciento), el narcotráfico (17.2 por ciento) y la escasez de agua (13.2 por ciento). Definitivamente coincidimos con la inseguridad, aunque aclaro que en este apartado pudo haberse marcado más de una opción.
    Y ese 58 por ciento de personas ¿dónde se sienten más inseguras?
    En el cajero de la vía pública ( 81.3 por ciento), el banco (68.4 por ciento), la calle (67.6 por ciento), el transporte público (67.4 por ciento), la carretera ( 62.1 por ciento), el mercado ( 56.0 por ciento), el parque o centro recreativo ( 49.6 por ciento), el centro comercial ( 43.0 por ciento), el automóvil ( 39.9por ciento), su trabajo (30.8 por ciento), la escuela ( 26.2 por ciento) y su casa (22.6 por ciento).
    Con estos datos puedo entender que nos sintamos inseguros en la calle, el banco, el cajero o el mercado pero ¿sentirnos inseguros en la escuela o la propia casa? ¡Eso sí es demasiado grave!
    Tal vez por ello los mexicanos hemos cambiado nuestros comportamientos. Según la Envipe 2015 los cambios en forma decreciente son: ya no permitir que los hijos menores salgan a la calle, ya no usamos joyas, ya no salimos de noche, evitamos llevar dinero en efectivo, tarjetas de crédito o débito, tristemente ya no salimos a caminar, ya no visitamos a parientes o amigos, evitamos tomar taxi aunque hay quienes tambien evitan ir al cine, al teatro, a comer, a cenar, asistir a ver un partido a un estadio o viajar por carretera a otro estado o municipio.
    Ante tantas cifras y números ¿qué es lo que podemos hacer los ciudadanos?
    Realmente es una respuesta complicada pues aunque tratemos cada uno de poner nuestro granito de arena cuidándonos de manera personal o colectiva, aunque hagamos grupos de ciudadanos vigilantes, compremos un perro, candados o alarmas, si no se tiene el apoyo de las autoridades de seguridad, si sigue reinando la impunidad, la falta de empleo o de salarios bien remunerados, la percepción ciudadana sobre seguridad no disminuirá, al contrario, irá en aumento al grado que corremos el riesgo de encontrar un pueblo cansado que sólo se libere a través de linchamientos de delincuentes, encontrando justicia por mano propia; entonces sí, las autoridades querrán intervenir. Esperemos no sea tarde…

    Email:caballero_brenda@hotmail.com

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