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    Aborto
    Cecilia Muñoz
    Polisemia

    El 21 de enero de 2016 quedará marcado en la historia de las mujeres como el día en que se les reconoció el derecho a decidir sobre sus cuerpos. Será recordado como el día en que las autoridades encargadas de su salud velaron por su seguridad como individuos y no como posibles sujetos gestantes.
    El día 21 de enero de 2016 quedará marcado en la historia de las mujeres. Bueno, ¡de las mujeres francesas! Sí, el 21 de enero la Sanidad francesa anunció que a partir del próximo 1 de abril el aborto en Francia será universal y totalmente gratuito, de forma que toda, absolutamente toda mujer sobre suelo galo tenga acceso a éste: desde la de clase alta hasta la desempleada o la inmigrante que no tiene acceso a seguro médico.
    Y esto, ¿a qué se debe? Pues a que Francois Hollande está cumpliendo uno de sus compromisos preelectorales: ayudar a todas las mujeres a tener una interrupción del embarazo “legal y voluntaria”. Porque al parecer, en Francia sí se les considera ciudadanas y no sólo monedas de cambio en época electoral.
    ¡A ver si nuestro señor-gobernador-doctor Javier Duarte de Ochoa aprende!
    Mire, hoy no hablaré sobre cómo Duarte de Ochoa y su esposa, Karime Macías, desde 2010 se han dedicado a presentarse en la imagen pública como una linda y ejemplar familia feliz ni de lo indignante que resulta que ahora se desee meter los valores de esa ficción en nuestros úteros; ni de aquellos que tanto pregonan los derechos del óvulo fecundado bajo el argumento de la semejanza física a las tantas semanas, aunque la semejanza se les olvide apenas éste nace mujer, indígena, pobre u homosexual; ni de aquellos que tan mal hablan de las mujeres que abortan, pero se les olvida que llevaron a su novia de la adolescencia a una clínica clandestina…
    Hoy tampoco mencionaré a quienes dicen “¡hubieras decidido antes de concebir!” como si todas las mujeres tuvieran acceso a la información, a los anticonceptivos o a la misma libertad, porque viven otra ficción donde los maltratos y los abusos no existen… o a lo mejor aún, se creen esa idea medieval de que sólo las mujeres enamoradas y decentes se embarazan; ni hablaré del temor de que al ser aprobada la reforma que protege “la vida desde la concepción” se decidan poner por encima de la mujer al ser gestado, aunque las causales de aborto en Veracruz sigan vigentes.
    Hoy no deseo expresar lo absurdo que resulta que en Veracruz un cigoto sea prioridad legislativa, pero no la gente que desaparece y es asesinada; o los jubilados, empleados y empresarios que no reciben sus pagos correspondientes; o la Universidad Veracruzana que exige el pago de lo que el Gobierno estatal le adeuda y no ve nada, porque ¿a quién le importa la educación del pueblo? ¡Lo importante son los no-natos, aunque los que ya estamos aquí andemos contando los centavos! ¿Y ya mencionamos a las parejas homosexuales que simplemente no ven que su compromiso sea avalado por las leyes del estado de Veracruz? Se lo dije: agárrese nomás, la semejanza se acaba.
    Ni siquiera hablaré de aquel periódico en línea que encontró ocurrente el título “Mejor aún: no embarazarse” para la foto de las mujeres protestando en el Congreso por su derecho a decidir sobre sus cuerpos, no vaya a ser que alguien se queje por negarme a recibir un consejo paternalista e ignorante que no pedí.
    No, hoy no hablaré de cómo el 21 de enero de 2016 quedará marcado en la historia de las mujeres veracruzanas como el día en que se confirmó que nuestras vidas no importan tanto como nuestra capacidad de procrear. Hoy no hablaré, porque de todas formas no escucharán.

    polisemia@outlook.es

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