Crónicas urgentes
El calor político que se vivió este domingo en la capital del estado permeó hasta el clima y, bajo un sol esplendoroso, las huestes panistas y perredistas nutrieron el evento donde Miguel Ángel Yunes Linares fue registrado como candidato a la gubernatura, en presencia de los dirigentes nacionales del PRD, Agustín Basave, y del PAN, Ricardo Anaya. En la casa de enfrente, la del PRI, Manlio Fabio Beltrones juzgó más conveniente su presencia en Zacatecas, y un institucional y apagafuegos, Amadeo Flores Espinoza, tomó posesión como presidente del Comité Directivo Estatal del PRI, en un soliloquio.
No se requiere estar tras bambalinas para valorar los resultados a la vista: el hasta la semana pasada Secretario de Gobierno del repudiado gobernador Javier Duarte de Ochoa, llega para tratar de zurcir los pedazos de un PRI muy lastimado, dividido y desgastado. Tendría que tener dotes omnipotentes para realizar esa labor a toda prisa, y estar listos, todos juntos, para impulsar eficientemente a un Héctor Yunes Landa que, al lado de su primo, ungido en la Plaza Lerdo, nomás no aparece por ningún lado.
Por su parte, la alianza PAN-PRD aprovecha a todo vapor los negativos priistas, el repudio manifiesto de los veracruzanos, de todos los sectores, a la actual administración priista, y el juramento de campaña de “encarcelar a Fidel Herrera y, desde luego, a Javier Duarte”, hace que a todos se les olvide preguntar: ¿de dónde tiene Miguel Ángel Yunes tanto dinero y qué ha pasado realmente, seriamente, con todas las acusaciones en su contra?
Toda vez que el discurso de campaña de la alianza PAN-PRD es justicia y fin a la impunidad, traducida en cárcel para los saqueadores del estado, los enardecidos contingentes se contagian del ánimo esperanzador. Nadie repara en el hecho de que con encarcelar a esos no se acaban los ladrones. Tampoco prevén que existe todo un sistema de gobierno que favorece tantos desvíos y abusos. No se nota la ausencia de propuestas; conformados con escuchar el qué, los posibles votantes no se interesan en que les expliquen el cómo.
No fue buena señal, delicia para los aficionados a buscarlas e interpretarlas, que Manlio Fabio Beltrones no haya venido a echarles una manita, a pesar de que ya de por sí iban dos contra uno. ¿Pecado de soberbia? ¿Exceso de confianza? ¿O acaso desde ahora no le ven caso? Los analistas políticos más avezados siguen diciendo que el PRI no se permitirá perder Veracruz. Pero no se ve cómo puedan ganar.
El de hoy fue un día atípico: arranca una contienda donde al rival más débil le permitieron lucir como titán. No puedo esperar a ver con qué estrategia, de qué modo, a razón de qué, el PRI va a arrebatarle esta ventaja. Las semanas corren y, al menos en lo mediático, la alianza PAN-PRD ha puesto agenda y ha ganado partidas importantes, como la de hoy, en que sus dirigentes nacionales se apersonaron para levantarle la mano al candidato; mientras, Beltrones corrigió su agenda y dejó solo al PRI en Veracruz, como si no necesitara ayuda.
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