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    jarocha

    Elena Córdova
    Luna Nueva 

    Cuando escucho a la gente mayor hablar con nostalgia, con voz emotiva y si se quiere hasta con cierta tristeza, de cómo era Xalapa, Veracruz puerto, Córdoba, Coatzacoalcos, Tuxpan… en general, de un Estado de Veracruz que ya no es, no dejo de pensar sobre qué pasó.
    En el presente, cuando leo un artículo, un reportaje escrito por gente profesional que se dedica a los medios internacionales y nacionales, también busco el apartado en donde la gente, el ciudadano común opina sobre el particular, sobre el tema; como veracruzana, siento un enorme dolor, una serie de sentimientos en el que sobresale la impotencia. El motivo principal es que tienen cierta razón, les asiste parte de verdad en sus opiniones que vierten de manera espontánea lectores de otros estados, incluso de otros países, tienen la percepción de que realmente estamos muy mal. Para efectos del tema cito algunas alusiones: “pobres veracruzanos, tan bonito que es su estado y tan corrupto”, “no puedo creer que los veracruzanos tan alegres que son, ahora vivan en la tristeza, en la inseguridad”, “bien dicen que los pueblos tienen el gobierno que se merecen. Qué estarán pagando los veracruzanos”… aquí radica mi impotencia, pues como dice el refrán: estamos pagando justos por pecadores.
    En Veracruz también existimos mucha gente que día a día tratamos de mejorar desde nuestra trinchera, nuestro entorno y no sólo a nosotros mismos; también quisiera decirles a ellos que por unos cuantos que no respondieron a la confianza que como autoridades les otorgó el pueblo, no se puede generalizar que todos los funcionarios y políticos son iguales. Tenemos muchos ejemplos vivos de políticos, de la vieja guardia como les llaman, que son personas con trabajo, experiencia, vocación de servicio y sensibilidad política.
    Al igual que muchos veracruzanos, también anhelo que regrese ese Veracruz del que tanto hablan y que en su momento fue referente nacional e internacional, en materia de economía, agricultura, turismo, cultura, educación, liderazgos y por qué no decirlo, de los políticos que tuvieron importantes cargos en el gabinete presidencial y que en su momento hicieron su aportación histórica en la política nacional como don Miguel Alemán Valdés, don Adolfo Ruiz Cortines, don Fernando Gutiérrez Barrios y muchos más, que por razones, no de merecimientos, sino de espacio, no me es posible citarlos.
    Somos millones de veracruzanos los que debemos salir al frente, los que debemos, a través de los amigos, familiares, conocidos que tenemos dentro y fuera de la entidad, hablar bien, sin dejar de reconocer lo poco malo que existe y así revertir esa idea generalizada de que Veracruz no está bien.
    Estamos frente a la posibilidad de lograr un cambio radical en Veracruz en todos los aspectos, no tengo la menor duda.
    “Veracruz mostrará sus riquezas, su gente, su cultura, su gastronomía, daremos todo el apoyo para dar nueva vida a todo aquello que nos hace ser veracruzanos, y que el país y el mundo nos vuelva a ver como lo que somos: el estado de la gente buena, honesta, alegre y trabajadora”. ¡Sí! Así debemos pensar y luchar por revivir el verdadero Veracruz, igual que lo cree y hace, Héctor Yunes, autor de estas palabras.

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