Rafael Castillo Zugasti
El Red Room
Es claro que quienes fueron electos para administrar la abundancia que representa nuestra entidad, hicieron de todo menos entender el contexto que se les asignó para hacer de Veracruz un estado prospero, rico, con paz y tranquilidad.
No entendieron, que la necesidad imperante de nuestra sociedad es la resolución constructiva de sus problemas; y no la maximización de los mismos.
No entendieron que se requería una administración eficiente y eficaz de todos los recursos que posee Veracruz; y no el acopio ilegal de los mismos.
No entendieron, que fueron electos para conducir el camino de Veracruz por la ruta del crecimiento, bienestar y desarrollo; y no por la vereda oscura de todo lo opuesto a ello.
No entendieron, los más que participaron en este aquelarre llamado “gobierno” que la confianza que el titular del poder ejecutivo puso en ellos, era para hacer de Veracruz el Estado ejemplar de la Nación; y no la prueba de cómo no se tiene que gobernar a una Entidad Federativa.
No entendieron, que no era generando una “enmienda” para basificar a la burocracia como se heredaría un problema a la próxima administración; sino, generando un sistema de alta dirección pública estatal, como se obligaría a la burocracia y al gobierno a hacer una administración eficaz, eficiente y de calidad, donde el mérito y la idoneidad premiaran para pertenecer a la función pública estatal.
No entendieron, que el sistema anticorrupción que enarbola como estandarte la administración Peña, está basado en 7 leyes, con su igual número de instituciones; y que, en ninguna de ellas existe la protestad a los Estados y sus congresos de edificar dicho sistema.
No entendieron, que los dineros públicos, por su propia naturaleza, son para uso público; y no para engrosar cuentas privadas.
No entendieron, que la confianza brindada jamás debe agotarse; de allí, los resultados electorales.
No entendieron, que su paso por la política de nuestro estado fue una circunstancia de suerte; no un proyecto de vida que se hayan establecido al nacer.
No entendieron, que muchos de ellos, a excepción de la cabeza, son unos ciegos cognitivos de la función pública, es decir no saben que no saben; y que, para esta tarea se debe estar plenamente capacitado y entusiasmado para servir.
No entendieron, que está oportunidad, si no la aprovechaban, jamás la volverán a tener incluso por generaciones; y con ello, dejaron ir un proyecto de vida real, no ficticio de un momento determinado: tres, seis u doce años.
No entendieron, que se manda obedeciendo; y que así se hace obedecer a la ciudadanía, con el ejemplo que dignifica, ilustra y se agradece.
No entendieron, ni entienden que esto ya se acabó.
Repensar el pensar…
Se sabía que un candidato, en plena campaña, por lo menos dos veces visitó al titular de un órgano de justicia “autónomo”, entrada la noche… ahora se confirma que fue cierto, con la sonrisa de ambos plasmada en fotos…
Hay que repensar el pensar de los medios masivos digitales y de las redes sociales, que hoy cohabitan en cualquier esfera de nuestra vida; basta ver los trapitos al sol que el famoso Galindo hizo la semana pasada de un afamado encargado de despacho, que no secretario porque para ello le falta una inmensidad para ser…
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