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    Donato García Virués

    Un tema que resalta en la mayoría de los medios de comunicación, no sólo en el estado de Veracruz, sino en muchos estados del país, es que la situación económica no parece ir mejorando. Tan solo en Veracruz el nivel de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) fluctúa entre el -0.2% y el -0.3%, según analistas financieros.

    Si a esto le sumamos que los niveles de endeudamiento han crecido, la situación se vuelve muy preocupante, principalmente para proveedores de bienes y servicios del estado, pues un gran porcentaje de esta deuda es con ellos, poniéndolos en una posición financiera en extremo crítica, porque aparte de contraerse el volumen de trabajo, no pueden cobrar lo ya ejecutado, incluso deudas con más de cinco años sin poderse cobrar; pero en contrario, estas mismas empresas tiene que cumplir con sus obligaciones fiscales y laborales con el seguro social, cobren o no.

    Lo anterior viene a colación, porque uno de los sectores más afectados, es sin duda el de la construcción, donde la mayoría de los Ingenieros Civiles trabajan en los diversos frentes como el diseño, planeacion, ejecución de obra, supervisión, gerencia de proyectos, auditoría, peritos, etcétera. Al disminuir esta actividad, muchos profesionales y trabajadores afines a la construcción, están en riesgo de perder no sólo trabajos, sino el patrimonio.

    Líderes empresariales, Colegios de Profesionales, y asociaciones relacionadas con el ámbito de la construcción, coinciden en exigir a las autoridades, que están por salir, que reconozcan y paguen todos los adeudos pendientes, y para las autoridades entrantes, que independientemente de revisar minuciosamente lo que les entregue la administración saliente, inicien su gestión, planeando la recuperación económica de todas las empresas que le han apostado invertir en Veracruz y que en este momento están en grave riesgo por el adeudo que se viene arrastrando con ellos.

    Debe quedar claro que no se está pidiendo pagar lo que no se ha devengado; una vez revisando cada expediente, se deberá cubrir lo que por derecho tiene cualquier proveedor, cuando éste ha cumplido con sus responsabilidades contractuales.

    Los Ingenieros Civiles hacemos un llamado a ambas autoridades, salientes y entrantes, para que en un ámbito de civilidad y profesionalismo garanticen a los Constructores respeto a sus derechos en bien de la recuperación económica del estado.

    No hay que inventar el hilo negro, es esencial que el estado requiera de inversión de obras de infraestructura, pero vital será contar con empresas sanas y financieramente solventes para enfrentar los nuevos retos que la sociedad demanda. ¿O usted qué opina?

    Por una ingeniería limpia.

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