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    SPI Veracruz

    ¿Quién me va a pagar mi producto o el doctor si mi viejo se pone mal?”, reprochó casi a gritos una mujer de 70 años que caminó junto con su esposo casi dos kilómetros cargando rejas de pollo y nopales.

    El bloqueo de los maestros en la carretera Xalapa-Veracruz inició antes de las 7 de la mañana, hora en que xalapeños y foráneos salen de sus hogares para iniciar sus actividades.

    A Doña Elvia la agarró el bloqueo cuando se dirigía de Actopan a Xalapa, eran las 7:30 de la mañana y en ese momento debió bajarse del autobús porque no podía avanzar más entre las lonas y docentes que cerraron la vialidad. Este día perdió casi 600 pesos por no poder vender su producto.

    Cada reja pesa por lo menos 15 kilos”, dijo la mujer que entre gritos les exigió a los docente que ayudaran a su esposo a acarrear el producto que deberían vender este jueves. Nadie la atendió.

    Se acercó a una maestra calificada con excelencia en la evaluación de 2015 y le dijo que si le ayudaba a pagar el taxi hacia Jardines de Xalapa, pero la miró con desdén y le contestó a regañadientes que buscara a un dirigente para pedirle dinero.

    Y es que aprovechándose de la situación, los ruleteros doblaron y hasta triplicaron sus tarifas, y ni hablar de ir hacia el centro o a la avenida Xalapa, porque con el pretexto de las manifestaciones a más de un pasajero lo dejaron con la boca abierta antes de que terminara la frase.

    Quieren cobrarnos 70 pesos, venimos cargando las rejas de nopal desde lejos y ahora el taxista nos quiere cobrar el doble; mientras los maestros están sentados sin hacer nada, desayunando y nosotros ni para eso tenemos”, dijo la molesta mujer.

    Sin inmutarse, los maestros escuchan entre risas el sonido que algún sindicato pagó para que “amenizara” la manifestación. Otros aprovechan para desayunar, actualizarse en las noticias del Sindicato o platicar sobre el estado de la administración.

    Mientras tanto, aún con el cielo nublado, a Elvia le preocupa que los pollos que debía entregar antes de las 9 de la mañana no lleguen a su destino y aún peor, se echen a perder por el calor que se siente en la zona.

    La crispación se nota, se siente, se ve en los automovilistas que como doña Elvia, están desesperados por llegar a sus puntos de trabajo.

    Por mí vayan a quemar la casa de ese cantón de (Javier) Duarte, pero déjenme trabajar; yo soy el sostén de mi familia y a ustedes les vale porque cobran cada quincena”, repeló un trabajador de cargo que se quedó varado en el bloqueo.

     

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