Destacado

    David Carrión

    Tragos de café

     

     

    Largas han sido estas semanas de intensa actividad en las cumbres del poder del priismo veracruzano. Apenas hace unas pocas semanas existían más de una decena de nombres para ocupar el cargo de Presidente del PRI, en la que será la primera vez que se enfrente como oposición en Veracruz. Un escenario poco vaticinado, desde el cual se juegan las 212 cabeceras municipales.

    Cuando Renato Alarcón Guevara sostuvo una amena comida con connotados periodistas del Grupo de los Diez, ya traía consigo la lucidez y visión de un priismo renovado. Se sabe un priista con convicción, el cual no espera ni los mejores ni los peores momentos, “porque esos tiempos nunca llegan” (sic). Cuando le pregunté sobre si estaba preparado para asumir la figura del primer priista, me dijo que trabajaría para que todos en el PRI fueran ese primer priista. En ese momento no sabía si sería él quien dirigiría el partido en su época más difícil. El momento llegó y a sus apenas cuatro días la grilla está con todo.

    El antes del PRI se terminó con Amadeo Flores y su salida. El partido de las revoluciones y de las instituciones se quitaba las lagañas del letargo de la derrota. Las redes internas y de los sectores guardaban su distancia y, desde lejos, sabían que los jaloneos eran duros. Fidel Herrera empujó su maquinaria vía internet a casi diez mil kilómetros de distancia, sus “minions” entonaban declaraciones para que la voz del otrora poder retumbarán en Veracruz, y hasta en la Ciudad de México.

    Ambos Senadores priistas seguro tomaban largos tragos de café para ponerse de acuerdo y poner al mejor, a su alfil, a su gallo de oro al frente del instituto que alguna vez presidieron.

    El poderoso sector campesino también quería imponer a su parte, los Aceves –el tío y el sobrino- movieron sus fichas, pero nada pasó.

    Finalmente quien entregaría la última carta con visto bueno, sería la Delegada del comité nacional, Lorena Martínez, una mujer a quien nadie le enseña a hacer política. Y presentó la carta más limpia y menos magullada de todas: Renato Alarcón Guevara.

    Así fue como el domingo el PRI Veracruz pasó a una nueva etapa. Y es que Renato Alarcón representa no a un grupo dentro del partido tricolor, sino a la militancia de convicción ideológica que está libre de viejas ataduras, por lo cual llama a la unidad desde las bases para lograr una transformación de cara a las elecciones.

    El PRI debe de apuntalar sus mejores cartas y mejores caras para el proceso electoral de las alcaldías, ahora enfrenta una oposición más diversa, una oposición que también es independiente.

    Hacer Comentario