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    Elena Córdova

    Luna Nueva

     
    Ante tanta mala noticia, ante tanta contaminación del contexto social por tantos y tantos problemas a lo que hay que sumar ahora las intensas precampañas y después las campañas formales política-electorales, en este momento en el estado de Veracruz, es casi natural que se olviden temas tan coyunturales como el recordar el Día Mundial del Agua.

    El agua, elemento vital, para dar vida a todo ser viviente, es un tema que debe ser recordado todo el tiempo, no sólo cuando le toque la fecha en el calendario o por motivo de campañas gubernamentales en pro y para cuidarla. El tema del agua es, por principio, un asunto que nos atañe a todos por igual. Sin temor a equivocarme, y pesar de que este texto lo hago a días de haberse celebrado esta conmemoración, no dejo de pensar en lo importantes que son algunos temas sociales y los dejamos pasar por creer que no son fundamentales.

    La situación del agua en Veracruz es grave, lamento decirlo. Estudios especializados en el tema, no advierten de esta grave situación, repito. Siendo nuestro estado, Veracruz considerado una de las entidades más diversas en naturaleza de México. La situación del agua potable o de consumo humano, se agrava al presentar una de las mayores tasas de deforestación anual, al grado que cerca de 72% de la cobertura vegetal original se ha transformado en terrenos con actividades agrícolas/ganaderas. Según los expertos, este hecho demerita la calidad y cantidad de agua disponible en los acuíferos del estado.

    Para dimensionar este hecho, estamos casi por llegar a los 8 millones de habitantes, dónde la población se abastece en un porcentaje del 82% de agua superficial, es decir, no tratada, e inclusive no apta para el consumo humano dada su calidad.  

    Este es el otro problema que intensifica el tema del agua en Veracruz. Pues a pesar de contar con muchos afluentes, tal y como cita en su momento el investigador Hipólito Rodríguez durante el XII Encuentro Nacional del Movimiento Mexicano de Afectados por las Presas y en Defensa de los Ríos (Mapder) en Jalcomulco, Veracruz, “El problema en Veracruz no es la escasez del agua, sino su calidad”, de esta forma el investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas-Unidad Golfo, Xalapa) recordó que la entidad con sus seis cuencas (Panuco, Pantepec, Nautla, La Antigua, Papaloapan y Coatzacoalcos) representan el 30% del agua que escurre en todo el país”.

    Continua el investigador diciendo que “Esta abundancia se debe a importantes precipitaciones y a numerosos bosques que capturan la humedad, pero está amenazada por la contaminación industrial. Muchas industrias como la industria del azúcar obtienen grandes ganancias, pero no invierten en el tratamiento del agua que utilizan, causando problemas de escasez en ciertas zonas donde el agua ya no puede ser utilizada para el consumo humano”, explicó el investigador, miembro de la Asamblea Veracruzana de Iniciativas y Defensa Ambiental (Lavida).

    El tema del tratamiento del agua, lo actualiza titular de la dependencia en el estado, Víctor Manuel Esparza Pérez, al citar que la Comisión de Agua del Estado de Veracruz (CAEV) podría invertir 800 millones de pesos este año en el mantenimiento de las plantas de tratamiento a través de un mecanismo tripartita, es decir, municipios, gobierno estatal y federal y en algunos casos con inversión privada. El funcionario destaca que “son más de 12 años en los que la infraestructura no recibió el mantenimiento adecuado y esto generó que salieran de operación algunas plantas importantes”. Y que, con este presupuesto, apenas y se permitiría dar mantenimiento al 70 por ciento de las plantas en mal estado que representan cerca de la mitad que hay en la entidad. O sea, que, en pocas palabras, nos olvidemos de la construcción de nuevas plantas.

    Se bien al igual que muchos que escribimos sobre este tema, que quizá no llamemos mucho la atención, pero sabemos que la escasez del agua en nuestra vida diaria, al menos de la potable que recibimos en casa, nos hace reflexionar sobre el tema en ese preciso momento y cuando se reestablece el servicio, por así decirlo, nuestra voz y nuestra advertencia, simplemente se pierde como una gota de agua en el desierto.

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