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    Elena Córdova Molina

    Luna Nueva

     

     

    La red social más importante del mundo, Facebook, una de las marcas más grandes (de entre diez a nivel mundial) y más reconocida en la web, con un promedio de 1.700 millones de usuarios en su haber.

    Por parte de su creador –y hasta hoy propietario mayoritario– Mark Zuckerberg, informó recientemente que su compañía trabaja con inteligencia artificial para detectar publicaciones que inciten al odio dentro de la red social, en especial, y con la finalidad de reclutar terroristas, pues resulta que ante la amenaza que representa para el mundo, se detectó que las redes sociales ofrecen la posibilidad de reconocer yihadistas, sobre todo los vinculados al autodenominado Estado Islámico.

    Algunos investigadores han llamado la atención de muchos pues al parecer esta inteligencia artificial presenta una falla para nada intrascendente, pues todo indica que pudiera tener “criterios excluyentes” en relación al color de las personas. Si se permite el término, existe cierto racismo.

    Es difícil de creer que la censura en Facebook pudiera tener criterios excluyentes en relación al color de piel de las personas. Y así parece ser.

    Sólo para blancos

    A través de ProPublica (es una agencia de noticias independiente y sin ánimo de lucro radicada en Manhattan, Nueva York. Produce periodismo de investigación. Fue lanzada en enero de 2008 y comenzó a publicar en junio de ese mismo año) se han filtrado documentos privados de la compañía que afirman que Facebook protege de los ataques y discursos terroristas solamente a los hombres blancos. De esta manera, las mujeres y los niños afrodescendientes, los inmigrantes, y las personas con afiliaciones religiosas, no estarían protegidos por los filtros de censura de Facebook.

    La investigación de ProPublica también reveló que las publicaciones de personas de color son consideradas como incitación al odio por parte de la compañía y eliminadas de la red social, mientras que las publicaciones de personas blancas se mantienen intactas.

    Hace unos días, la semana pasada, se viraliza un video en las redes y el asunto era más o menos así: “una actriz rubia discute con un director en un estudio de grabación. ‘Es una prieta bajada del cerro, ¿esa es la imagen que le quieren dar de México al mundo?’, dice refiriéndose a la actriz que tez morena detrás de ella. Después de quejarse unos segundos más, la rubia sale enfadada del lugar. El altercado y berrinche de la actriz racista, registra más de seis millones de reproducciones en Facebook en tres días, la mayoría las acumuló el pasado lunes cuando el hashtag #LadyPrieta se volvió el primer trending topic nacional la mayor parte del día (https://youtu.be/2jPTpL9OrSk). Afortunadamente, lo que a todas luces aprecia un acto de discriminación –de los cientos de miles que a diario se viven en nuestro país– sólo fue un show montado y difundido por una reconocida marca de cerveza mexicana para dar arranque a su nueva campaña. Y fue la propia empresa quien desveló en la noche del lunes –a través de otro video en Facebook– en el que ambas actrices, la rubia y la morena, hablan sobre el racismo. ‘Nuestro color de piel no debería ser motivo de discriminación porque lo chingón de nuestro país somos nosotros, nuestro mestizaje’, dice una de ellas, y este otro video acumuló dos millones de reproducciones en sus primeras 13 horas de publicado, a manera de justificación”.

    Carta de presentación

    Como es lógico, este video y su supuesta noble intención ha dividido a quienes lo han visto. Criticando, en su mayoría, la elaboración de parte de la empresa, señalado que su intención es claramente comercial y no social. La campaña diseñada por este empresa cervecera, surge una semana después de que el Instituto Nacional de Estadística (INEGI) publicara por primera vez un estudio sobre la identidad racial y la percepción de los tonos de piel entre mexicanos. Uno de los resultados más destacables de la misma, señala que las personas que se identifican con tonos más oscuros tienden a tener un menor nivel escolar y un empleo de menor jerarquía que aquellos que se ven de tonos más claros. La publicación ha revivido el debate sobre el racismo en México y cómo se manifiesta tanto en lo cotidiano como en lo político y lo laboral. Lo que sí resulta evidente, es que el tema del racismo, no es privativo de México, y en segundo lugar, es que este fenómeno social sigue vigente y que es cierto que limita las oportunidades no sólo laborales sino incluso académicas de muchos connacionales. En pocas palabras, se trata de lo que es bonito y es feo para muchos. No se califica en función de capacidades, preparación o talentos. Y no vamos lejos si queremos comprobarlos, basta acudir a tiendas de mayor prestigio, empresas transnacionales, bancos y demás. Y júrelo que la persona, hombre o mujer, que nos atienda, tiene rasgos significativos y casi nada mexicanos. Es a lo que ellos llaman, carta de presentación. En pocas palabras, un racismo disfrazado.

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