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    Ricardo Vázquez Salazar

    Esfera Política

    Viagra es uno de los medicamentos más rentables de la historia, pero también el más falsificado, seguido por Aspirina. Tan valioso que la compañía lo usó como «moneda» para pagar a sus soplones en la guerra de Afganistán. Las ofertas fraudulentas que lo emplean como cebo llegaron a copar el 25 por ciento del tráfico mundial de spam. El laboratorio Pfizer, su fabricante, vende cada pastilla auténtica por unos 15 euros, un alto precio que hace muy tentadora la opción de recurrir a Internet y buscarse proveedores alternativos, aunque sean dudosos.

    Ni la cocaína es tan lucrativa.

    El coste de producción de una pastilla ilegal de Viagra en China o la India es de 3 céntimos; por Internet se está vendiendo desde 2 euros, con un margen de beneficio superior al 6 mil por ciento que, en ocasiones, puede dispararse por encima del 20 mil por ciento.

    Pero Viagra solo es la punta del iceberg, tal vez lo menos grave. La venta de medicamentos falsificados es el nuevo gran negocio del siglo, 25 veces más rentable que el tráfico de droga, datos de la Unión  Europea. Además, el riesgo para los delincuentes no es muy grande si se compara con las penas a las que se enfrentan los narcotraficantes. Esto ha provocado que la criminalidad a pequeña escala haya dado paso a mafias farmacéuticas globalizadas. Se estima que este mercado ilegal genera beneficios a nivel mundial arriba de 57 mil millones de euros.

    Todos los fármacos son susceptibles de falsificar, desde antidepresivos hasta vacunas, antibióticos, tratamientos contra el Cáncer y VIH. En el menor de los casos, las sustancias falsificadas tienen poco o ningún ingrediente activo; en el peor, los vendedores proveen a hospitales y pacientes de “medicamentos” que, en realidad, son venenos que atentan contra la vida de las personas.

    Al falsificar y comercializar medicamentos los riesgos son muy bajos y las ganancias mucho muy atractivas, razón por la que el negocio va viento en popa, pese a que la investigación farmacéutica de la Interpol, denominada “Operación Pangea”, cada año decomisa más de 20 millones de dosis de medicamentos falsos e ilícitos.   

    “Esos falsificadores son, de hecho, asesinos porque provocan muertes”, inculpa Jim Herrington, director ejecutivo de Gillings Global Gateway, en la Escuela de Salud Pública Gillings de la Universidad de Carolina del Norte. “Y, sin embargo, es más probable que termines en la Corte por falsificar un bolso Gucci que por falsificar un medicamento”.  

    En México, la penalización es dócil en delitos de esta naturaleza, cuando se llega a aplicar. El artículo 264 de la Ley General de Salud establece que “quien adultere, falsifique o contamine medicamentos, fármacos y materias primas para su elaboración, se le aplicará una pena de uno a nueve años de prisión y multa equivalente a 100 mil días de salario mínimo”.   

    Quien venda u ofrezca en venta, comercie, distribuye o transporte medicamentos, fármacos, materias primas o aditivos falsificados, alterados o adulterados se le impondrán 5 años de prisión y multa de 5 mil días de salario mínimo.     

    “La penalización es relativamente benigna para quienes comercian con farmacéuticos falsificados, comparada con quienes trafican con narcóticos y seres humanos”, precisa Paul Newton, profesor de medicina tropical en la escuela de medicina de la Universidad de Oxford.

    Los asesinos –como se refiere el Doctor Herrington-, se convierten en multimillonarios de la noche a la mañana y después aparecen como prósperos empresarios, tal y como sucedió en Veracruz.

    Imposible borrar registros en Veracruz, de periodos que señalan el incremento al triple de la tasa de mortalidad por causa de muertes por cáncer, con relación a la media nacional.

    La falsificación de medicamentos de quimioterapia para combatir el cáncer, fármacos para detectar VIH y no se sabe cuántos más, fueron de los negocios criminales prósperos durante la fidelidad y el duartazo. Igual como sucedió y lo dio a conocer personal médico del Instituto Estatal de Cancerología “Dr. Arturo Beltrán Ortega”, Iecan, en el estado de Guerrero.   

    En Veracruz, empresarios y ex funcionarios participes de las atrocidades gozan de libertad plena, no hay un detenido. Después de ser señalados, algunos de los responsables ya fueron candidatos, y volverán a ser candidatos en 2018.   

    Este lunes y martes se lleva a cabo en México la Cumbre Mundial de Líderes contra el Cáncer, WCLS, por su sigla en inglés, con la presencia de 300 participantes de 60 países. A ver si dicen algo respecto a las bestialidades que se cometen contra los enfermos de cáncer.

    rvazquez002@yahoo.com.mx

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