Luis Alberto Romero
Hora Cero
Pareciera una encarnizada lucha por el territorio entre bandas delincuenciales que operan en Veracruz; lo cierto es que justo cuando están en su primera etapa las precampañas al gobierno del estado se desató una ola de ejecuciones con saña extrema.
Parece también un franco reto a la autoridad estatal en materia de seguridad pública: ejecutados y descuartizados, atentados y decapitados se convirtieron ya en materia frecuente para la nota roja de los medios informativos.
Unos días después del anuncio del gobierno estatal sobre el avance en materia de seguridad pública y sobre la reducción de los índices delictivos en la entidad, se desatan los demonios de la violencia en diferentes puntos de Veracruz.
El viernes pasado, en un camino del municipio de Sayula de Alemán, ubicado en la zona sur, región Olmeca, cinco cuerpos decapitados fueron hallados; las cabezas estaban sobre el cofre de un automóvil junto a una escoba, en alusión a una supuesta limpia. Lucha entre delincuentes de bandas contrarias, al parecer.
Cinco días antes, también en el sur del estado, en el municipio de Minatitlán se produjo un hecho muy parecido: dos cuerpos fueron localizados en el interior de un taxi; estaban mutilados en el interior de un auto abandonado en la colonia Insurgentes Norte.
La relación de hechos sangrientos ocurridos en territorio estatal parece no tener fin: el día cinco de enero, cinco cabezas humanas fueron colocadas sobre un automóvil, en la vía que comunica a Tlacotalpan con Cosamaloapan, en la región del Papaloapan.
Este fin de semana, la violencia se localizó en regiones que hasta hace poco eran conocidas por su tranquilidad; lugares, digamos, sin graves problemas relacionados con la operación de bandas sanguinarias.
En Xalapa, la gente de la Reserva El Tronconal amaneció el pasado día 11 de enero con la noticia relacionada con una persona ejecutada a balazos; tenía huellas de tortura y se encontraba atado de pies y manos. Eso ocurrió poco después de las seis de la madrugada.
El reto a la autoridad estatal
Este sábado, también en la capital veracruzana , el asesinato de un hombre a unos pasos de las sedes de los poderes Legislativo y Judicial de Veracruz, sobre la transitada avenida Lázaro Cárdenas, generó preocupación y conmoción entre diferentes sectores. De acuerdo con las crónicas de los medios informativos, un grupo de sujetos arrojó a la calle a una persona esposada; de inmediato, los delincuentes abrieron fuego y lo asesinaron para luego huir.
No habían pasado ni doce horas de ese homicidio, cuando relativamente cerca de ese lugar se produjo otro hecho dantesco: sobre la avenida Rafael Murillo Vidal, a la altura de la calzada del Tejar, un exclusivo fraccionamiento de Xalapa, fue abandonada una camioneta tipo minivan; en su interior, los cuerpos desmembrados de tres personas y carteles con mensajes dirigidos a la autoridad en materia de seguridad pública.
Estos dos últimos hechos, el del ejecutado frente al Poder Judicial y el de los cuerpos desmembrados localizados en el interior de la camioneta, nos remite a otros, muy parecidos, que se han registrado muy cerca de instituciones o dependencias del gobierno estatal; probablemente el más sonado fue el que se registró a mediados de septiembre de 2017, cuando tres cuerpos decapitados y cubiertos con bolsas de plástico y cinta canela fueron abandonados en el pequeño pero céntrico parque “Leonardo Pasquel”, ubicado sobre la avenida Murillo Vidal.
El hallazgo de septiembre del año pasado ocurrió a menos de cien metros de una oficina que ocupa la Secretaría de Seguridad Pública del gobierno estatal.
El punto es que desde hace al menos un año, la tranquilidad que antes caracterizaba a la capital veracruzana se ha perdido; hoy, las notas de la violencia y las ejecuciones son cada vez más frecuentes en Xalapa y en todo el estado; y el reto de los grupos delincuenciales a la autoridad estatal resulta evidente. @luisromero85
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