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    Felipe de Jesús Fernández Basilio

    Desde a janela

     

     

    Esta semana se celebra el día del maestro, festividad que sirve para reconocer a quienes nos han enseñado muchas de las cosas que sabemos, ya que no solo hemos obtenido de ellos información científica o técnica, sino que también con su ejemplo han moldeado nuestra personalidad.

    Mas ser maestro no solo implica el pararse frente a un grupo y ponerse a hablar, sino que, para llegar a ello quienes ejercen esa noble labor han pasado muchos años estudiando pedagogía, psicología y demás ciencias cuya aplicación les permite trasmitir de mejor manera sus conocimientos a los educandos.

    Y esto es así debido a que el fin de su profesión es enseñar a sus alumnos y no otra cosa, siendo lo mismo lo que la sociedad demanda de los maestros, sean éstos del nivel que sean y no otra cosa; lo anterior se sustenta en el hecho de que el humano al tener la necesidad de vivir en sociedad, tiene que aportar algo para poder demandar de la misma la satisfacción de sus requisitos de supervivencia y ello opera con todos los individuos, quienes aprenden a desempeñar una función de acuerdo a sus cualidades para aportar a la sociedad y en el caso de quienes se dedican a la enseñanza, ésta es educar y formar a las futuras generaciones.

    Sin embargo, en nuestro país ésa y otras funciones sociales fueron pervertidas por el corporativismo al estilo fascista que el PRI impuso durante casi todo el siglo XX para controlar a la sociedad y por ende mantenerse en el poder.

    Ese corporativismo se basó en el modelo que Benito Mussolini desarrolló en la Italia de entreguerras y el cual consiste en agrupar a la sociedad de acuerdo a las actividades que realizan sus individuos teniendo poderosos sindicatos para garantizar el control de cada sector y con la suma de los mismos, más la adición de ciertos mitos nacionalistas, poder controlar el país y perpetuarse en el poder.

    En el caso italiano, el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial truncó abruptamente ese régimen ya que con la invasión por parte de los aliados al entonces reino en 1943 cayó el régimen de Mussolini, el cual duró solo 21 años.

    Mas sus discípulos mexicanos del PRI pudieron sostenerse por cerca de tres cuartos de siglo con ese sistema, el cual adoptaron con algunas modificaciones tales como no tener el mismo nombre y principalmente hacer una dictadura de partido y no unipersonal, mas conservando el control social a partir de sectorizar a la sociedad y controlar a estos gremios a través de poderosos sindicatos, a los cuales les dieron prácticamente el poder de la vida y muerte laboral de los trabajadores a ellos afiliados.

    Y ello era así, porque se diseñó una legislación laboral sui generis en la que aparte de no judicializarse los posibles conflictos derivados de una relación de trabajo, se otorgó a los sindicatos la facultad discrecional de designar y remover trabajadores a conveniencia y por supuesto exigiéndoles disciplina política en favor del PRI y el caso de los maestros no fue la excepción, ya que quien haya sido maestro durante el siglo pasado bien sabe que junto con su plaza se le entregaba una credencial como miembro del PRI.

    Así mismo se ejercía el control absoluto por parte del sindicato al crear academias que exclusivamente podían formar a maestros: las Normales, quedando excluidos automáticamente quienes no habían estudiado, ya que era más fácil ejercer el control directo sobre una sola institución diseñada exprofeso que sobre una Universidad, máxime que a esta últimas es bien sabido que nunca las pudieron controlar.

    Ahora bien, ese poder absoluto por parte del sindicato es el que se ha querido eliminar con la reforma educativa, que más bien ha sido una reforma laboral en la educación, pues los temas propiamente pedagógicos no fueron abordados en ella, mas ha sido un comienzo para mejorar el aprendizaje de los alumnos, porque al menos se busca que los educadores más capaces se encuentren frente a grupo y no los recomendados de los líderes sindicales, como era antes.

    Mas no como todo cambio ha sido difícil de digerir por quienes se han visto afectados y ahora que escuchan a una persona demagoga como lo es el Sr. López, quien fiel a su estilo solo les promete terminar con la reforma educativa, sin dar una solución alterna que beneficie a los estudiantes sino insinuando que va devolver el control a los sindicatos, para ahora él intentar tener el control del gremio, como otrora lo tuvo el PRI, sistema en cual él se formó y se ha visto de muchas maneras que lo quiere restaurar.

    Es por ello que en estos tiempos electorales debemos de reflexionar si queremos volver al pasado de demagogia y control político o si en el caso de la educación preferimos maestros que se deban a sus alumnos y no a sus líderes sindicales y que por ello descuidaron su deber principal, ya que su lealtad estaba en su sindicato y no en su desempeño profesional.

    Eso es lo que hay que pensar.

    felfebas@gmail.com

    Twitter: @fefebas

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