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    Los Berros, entre caca, basura y abandono

    Valeria Marcial / Xalapa

    El parque Miguel Hidalgo, comúnmente conocido como Los Berros, está en el olvido total para las autoridades xalapeñas. Excremento en los corredores, juegos viejos y rotos, fuentes con cables salidos, basura en los pasillos y en bolsas , árboles talados, botes de basura rotos, lámparas fundidas y con cables expuestos.
    Así luce hoy en día. El Parque llamado así porque en dicha área verde con manantiales prosperaban los llamados berros. En la ruina total. Un área verde que para decenas de generaciones de la capital veracruzana significa mágicos recuerdos, hoy se encuentra en completo abandono.

    Construido en el año 1880, durante la administración de Juan de la Luz Enríquez, posteriormente ampliado, para ser, escenario de momentos llenos de alegría para chicos y grandes. Está más triste que nunca.

    Es utilizado por decenas de vendedores, quienes hacen negocio con la niñez pero no mantienen limpia la zona donde laboran.

    Es ahora más un negocio sin control, donde los vendedores ambulantes pagan moches a supervisores, para que los dejen «trabajar» sin éstos respetar el parque.

    Caballos y Ponys son rentados por unos minutos a padres, para que paseen a sus pequeños. Los animales con piel lastimada son exhibidos. Van recorriendo los andadores del parque, pero sus amos no levantan el excremento que a su paso van dejando.

    Arboles son talados y las ramas y troncos han quedado en el olvido. Ahí se mantienen.

    Sus pasillos están sucios, llenos de basura. No se trata sólo de hojas de árboles y ramas. Botes, cubetas, bolsas y artículos pequeños como platos, vasos, cucharas y bolsas que los visitantes van dejando en el parque, ahí se van acumulando. Limpia pública, parece tampoco hace su trabajo.

    Cubetas pueden ser vistas llenas de agua, significan la proliferación de mosquitos y otros animalitos.

    En los centros de las jardineras más grandes, se pueden ver cajones de alambre, donde se contiene la hoja que cae de los árboles. Pero también escombros ahí cerca, son depositados.

    Los botes de basuras algunos estás desfondados, otros son “agarrados” con pita o con alambres, para que no se caigan. Están oxidados. Pocos tienen la leyenda de ORGANICO – INORGANICO para separar los desechos.

    Los postes de luz, en la parte más alta están llenos de nidos de pajaritos. En las bases oxidadas, los cables salidos representan un riesgo. La mayoría de las lámparas no funcionan. Aunque en fechar recientes no se han presentado asaltos, esta zona, visiblemente es de riesgo.

    Las fuentes que desde hace años son emblemáticas, no funcionan. Están quebradas en algunas partes. No tienen agua, por el contrario, están llenas de basura y tierra. Las lámparas de las mismas, están rotas y los cables, también se mantienen expuestos, representando un peligro para los niños.

    Las bancas verdes, también están sucias, oxidadas, con la pintura levantada, algunos espacios, ya no tienen bancas.

    En este lugar, familias completas han crecido, jugado, corrido. Bebés han aprendido a caminar, niños dan sus primeras rodas en bicicletas en los andadores y disfrutan ahora de los juegos infantiles.

    Sin embargo los juegos infantiles significan un riesgo para los niños, más que un instante de felicidad.

    La casita en la zona ubicada cerca de la calle Diego Leño y Díaz Mirón, está cayéndose. Al subir, el primer escalón ya no está. El techo esta más chueco y con palos y clavos a punto de caer. Al llegar a la resbaladilla, hay un hueco con clavos. Aún así, sigue siendo utilizada por los pequeños, quienes en su afán de divertirse, no dimensionan el peligro.

    Los columpios sirven, hay otros que ya están dañados, las cadenas que lo sostienen ahí, fueron enredadas sobre el mismo. Otro columpio, por la zona para personas con capacidades diferentes, sólo permanece la estructura, más los columpios no. Es la zona también con mayor número de vendedores ambulantes.

    Ahí cerca está el sanitario. Hoy en día es controlado el acceso con una reja de acero. El cual al depositar una moneda te permite el ingreso “controlado”. No hay control, por la puerta de acceso alterno se ingresa. Los baños están sucios, pese a que los usuarios pagan una módica cantidad por el uso.

    Aunque en la calle Miguel Hidalgo y Salvador Díaz Mirón, en repetidas ocasiones pasan patrullas, en el área verde, no se observa casi vigilancia.
    Este centro recreativo en el mes de Septiembre, alberga a decenas de funcionarios públicos, asociaciones y organizaciones que montan guardias en honor al Padre de la Patria, Miguel Hidalgo y Costilla. En esos días, la zona luce limpia, luego de ello, continua igual.
    Posee un kiosco central en un octángulo de nueve metros de diámetro y ocho y medio de altura. Esa zona es utilizada para la renta de carritos eléctricos o son ubicados los brincolines. Pero también luce rallado en algunas partes, sucio también.

    Una Respuesta

    1. Aaron

      SE NOTA QUE QUIEN ESCRIBIÓ ESTO NO CONOCE A FONDO LA SITUACIÓN Y LA NOTA LLEVA TINTES POLITICOS, PARA SACAR A LOS COMERCIANTES QUE AHI SE GANAN LA VIDA, SI CIERTAMENTE EXISTE LA MAFIA DE SINDICATOS (AUSPICIADA POR EL MISMO GOBIERNO) TAMBIEN HAY FAMILIAS QUE SE AYUDAN Y RECALCO SE AYUDAN PORQUE EL PARQUE NO DA PARA VIVIR, JAMAS HE VISTO CABALLOS LASTIMADOS Y SI RECOGEN Y LAVAN LA ORINA, ES UN BONITO PARQUE EMBLEMATICO, QUE REQUIERE MANTENIMIENTO DE NUESTROS IMPUESTOS.

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