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    Salvador Muñoz

    Los Políticos

     

     

    El pasado jueves, el Instituto Nacional Electoral (INE) dio palo a un proceso de remoción presentado por un ciudadano en contra de dos consejeras del OPLE Veracruz. El quejoso esgrimía descuido de sus funciones porque una de ellas imparte clases de Derecho Electoral en la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana con remuneración de por medio; en la otra, por su interés de ser la Fiscal General de Veracruz, lo que generó, según el quejoso, que quedaran por los suelos sus aspiraciones al cabildo de San Andrés Tuxtla porque presuntamente se validó una firma que asegura no es la suya, donde renunciaba a tal cargo.

    Hay dos cosas singulares en este caso que bien debieran ser sujetos a resaltar:

    En el primer punto, está el asunto de Eva Barrientos Zepeda, la consejera que fue señalada de “dar clases” en la UV con pago de por medio.

    Para ahondar en este asunto, las autoridades del INE tuvieron que recurrir a dos instancias: la Universidad Veracruzana y el SAT.

    La Máxima Casa de Estudios jarocha informó al INE que efectivamente, Eva Barrientos da clases y que para ser catedrática de Derecho Electoral sostuvo un examen de oposición, no de ayer, no reciente… ya tiene rato. El detalle: no recibe pago alguno más que la satisfacción de preparar a las futuras generaciones.

    Por supuesto, lo dicho e informado por la UV tuvo a bien cruzarse con la base de datos del Sistema Administrativo Tributario donde igual se confirmó la especie… el único ingreso de Eva Barrientos es como el de Consejera del OPLE.

    (Cabe citar el caso de Tania Vásquez que tuvo otro iris en la “acusación” que le hacían. ¿Recuerdan que ella participó entre los aspirantes a ocupar la titularidad de la Fiscalía General del Estado? Ah, pues el INE resolvió que haber sido parte de esa lista no tenía injerencia de carácter electoral alguno)

    Lo destacable: alguien que da clases por el placer de servir y que todavía el SAT transparente sus ingresos… esto último es lo que nos lleva al segundo punto:

    ¿Cuántas veces no ha escuchado usted la leyenda de esos funcionarios que llegaron en un carrito y a los pocos meses viajan en camionetas de lujo y habitan residencias que sólo el imaginario social lo comprende si dicho funcionario fuera un “transa”?

    Pues en la mayoría de estas leyendas, los ciudadanos nos quedamos nada más “rumiando” nuestras sospechas porque a diferencia del OPLE, no podemos pedir la remoción de un funcionario por meras conjeturas, presunciones o barruntos políticos…

    ¡Vamos! ¡Anímese! ¡Haga memoria! Recuerde a un funcionario que llegó con una mano atrás y la otra por delante “sin en qué caerse muerto”… ¿a poco no le gustaría que así como actuó la UV se transparentara el ejercicio de un funcionario de cualquier otra instancia? Aún mejor: que el mismo SAT llamara a cuentas a su “sospechoso” y desmenuzara sus ingresos y egresos para ver si hay congruencia entre lo que gana y cómo vive?

    Lástima que ese rigor que se aplica a los consejeros del OPLE sólo sea aplicado por el INE y no se refleje también en nuestros funcionarios que laboran en Gobierno federal y estatal, en los municipios y otras entidades, que muchas veces, de la noche a la mañana, parecen “Huichos Domínguez”.

    Qué mejor fuera que en lugar de “transas”, fueran “sospechosos” por dar clases todos nuestros funcionarios… ¡ya mero!

    smcainito@gmail.com

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