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    Naldy Rodríguez

    Transparencia 3.0

    La Formando Hogar es una colonia del puerto de Veracruz que se encuentra cerca de la entrada de la ciudad y del hospital regional del IMSS Cuauhtémoc. Es también el lugar donde detuvieron casi de forma simultánea  a 10 jóvenes en diciembre de 2013, de los cuales seis se encuentran desaparecidos.

    El caso ya llegó al Comité contra las Desapariciones Forzadas de la ONU, pero en Veracruz casi no conocemos lo ocurrido: en operativos conjuntos entre fuerzas federales y estatales para reducir la delincuencia y robos en esa colonia popular, se llevaron a adolescentes y jovencitos al “Penalito”, pero cuando sus padres los buscaron, jamás aparecieron.

    Hubo testigos de los hechos –los cuales han sido amenazados-, se interpusieron algunas denuncias, pero no se ha hablado más de esa detención “colectiva” y “programada” en los días 6 y 11 de diciembre, según aseguran los padres de los desaparecidos.

    También han señalado que estuvieron involucrados elementos de la Agencia Veracruzana de Investigación, la Secretaría de Marina, y la Agencia Veracruzana de Investigación, quienes llevaban fotografías y descripciones detalladas de los muchachos.

    En el estado de Veracruz ha sido una práctica sistemática la desaparición de personas, pero también la respuesta de las autoridades federales y estatales al “negar, ocultar y simular” el problema.

    La impunidad es lo que genera más indignación y dolor en las familias que han vivido un secuestro o una desaparición del ser querido. Además viven un luto interminable con la esperanza siempre de saber la verdad y recuperar a sus víctimas.

    Pero la desigualdad se recrudece y se genera una injusticia encima de otra. Nadie busca (por desinterés o falta de recursos públicos: da igual, el resultado es el mismo), los gobiernos no aportan recursos económicos para el reconocimiento de los cuerpos encontrados, ni dan una atención integral a los familiares que se convierten también en víctimas de la delincuencia y de un sistema podrido.

    Y cuando se logra alguna detención, nuestro sistema de justicia preocupado por el respeto a los derechos humanos (sí, lo digo con sarcasmo), deja en libertad al probable delincuente o implicado en la desaparición forzada. Lo vivió hace unos meses la líder de Solecito en Veracruz. Tras cinco años de búsqueda, encontraron el celular de su hijo.

    Aunque detuvieron a una persona, salió libre porque para el juez que llevó el caso no había elementos suficientes. Aunque tenían la evidencia de todo, el teléfono y el pliego de llamadas.

    “Esto no tiene sentido para poder entenderlo, es una vida horrenda, un país sin estado de derecho es insostenible”, fueron sus palabras cuando me relató lo ocurrido, seis meses después porque seguía sin poder asimilarlo.

    En medio del amargo camino, las valientes mujeres que integran Solecito, recibieron un incentivo, el cual esperan que les ayude a acabar con la simulación  gubernamental y visibilizar la crisis humanitaria. Este 30 de agosto se anunció la entrega del premio internacional Notre Dame Award. Es sin duda, un reconocimiento a su labor y a su fortaleza.

    Para Ángeles Díaz Genao,  quien dirige este colectivo, es romper la barrera de “la obscuridad y el silencio que estábamos viviendo”. Desde aquí mi más amplía felicitación y admiración a todas las madres que  buscan con paciencia, amor y determinación a sus hijos.

     

    Twitter @ydlan

    Transparencia3.0@hotmail.com

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